Entre alebrijes gigantes iluminados, altares de muertos, mujeres y hombres caracterizados de catrines y el olor característico de los tamales, familias de Nuevo Laredo disfrutaron del Festival Internacional de la Catrina.
Los neolaredenses manifestaron estar contentos con el evento que se realiza para impulsar las tradiciones y costumbres de México en el que se recuerda a los seres queridos por el “Día de Muertos”.
“Está increíble, nunca me había tocado venir a un evento así, que bueno que ya se rescataron todas las tradiciones que tenemos, me gustó la organización, los altares, todo esto es parte de nuestra cultura, gracias a la alcaldesa Carmen Lilia”, mencionó Martha Zamudio Hernández, asistente.
Después de estar en confinamiento niños, jóvenes y adultos se dieron cita para disfrutar de música en vivo, obras de teatro, cantantes internacionales y de la gastronomía en el que pudieron deleitar tamales y pan de muerto.
Además de promover, fomentar y desarrollar la cultura para festejar el día de Muertos que se celebra este 2 de noviembre.
“Qué bueno que haya este tipo de eventos donde nos reúnen a todas las familias, muy contento, vinimos a divertirnos, todo está muy organizado, gracias presidenta”, dijo Edwin Alvarado Martínez, asistente.
Así mismo hubo diferentes concursos como “Altares de Muertos”, “Disfraz de Catrina- Catrín”, piñatas de “Alebrijes Monumentales”, y el “Mejor Tamal” en el que participó la ciudadanía en general, organismos, asociaciones e instituciones educativas y fueron acreedores de un premio económico y reconocimiento.
“Quiero agradecer al gobierno por hacer este evento muy alegre y animado, activa a la sociedad, alegra en estas fechas, que bueno que las familias salgan de sus casas y vengan divertirse”, indicó Arlette Hernández García, asistente.
El origen de la Catrina se remonta al año 1912, fue creada por el grabador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada con el fin de burlarse de las clases sociales de la época. La Catrina es la figura azteca Mictecacihuatl, la diosa de la muerte. En la leyenda la diosa azteca de la muerte se quedó con los huesos de los muertos, ya que en algún momento podrían usarse. La diosa los guardó para que, si fueran necesarios, pudieran utilizarse.