Altamira. – Campesinos de Altamira, González y Aldama se sumaron este lunes a la protesta nacional para exigir algo tan básico como urgente: apoyo real al campo, un sector que, afirman, está en crisis profunda mientras México importa más de 50 millones de toneladas de granos.

Encabezados por Dimas Salazar Rodríguez, delegado especial de la CNC en Altamira, los manifestantes avanzaron en tractores y unidades rurales por la carretera Tampico–Mante hasta llegar al Puente de la Esperanza, donde se colocaron en ambos sentidos. El bloqueo no fue total; dejaron paso por las laterales, pero el mensaje quedó claro: si el gobierno no escucha, el cierre completo es solo cuestión de tiempo.

Los campesinos esperan el resultado de la reunión programada en la Ciudad de México con la Secretaría General de Gobierno. De ese encuentro —dicen— dependerá si levantan la protesta o si endurecen su postura. No descartan un bloqueo total si las negociaciones no les favorecen.

Entre sus demandas destacan el respeto al Artículo 125 Constitucional, que establece el derecho de todo mexicano al desarrollo social y económico. Para ellos, ese derecho hoy es letra muerta.

“Estamos en crisis. Nos cuesta mucho sembrar. Es una necesidad para el pueblo de México”, señalan. También denuncian que, en repetidas ocasiones, han sido intimidados por autoridades, recordándoles que bloquear una carretera es un delito. A lo que responden: “Desobedecer las leyes también es un delito y amerita sanciones. Primero es la alimentación de México, y nosotros somos quienes la producimos”.

Mientras el gobierno calcula costos políticos y operativos, ellos se mantendrán plantados en la carretera, a la espera de una indicación desde la capital que defina el rumbo. Lo único seguro es que el campo mexicano ya no aguanta más promesas: necesita acciones, no discursos.