Aunque el flujo migratorio en la frontera tamaulipeca ha caído hasta un 80 por ciento, los hospitales públicos continúan recibiendo a decenas de mujeres migrantes con embarazos de alto riesgo.
El secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro, informó que, pese a la disminución de personas en tránsito, el número de atenciones médicas a mujeres gestantes no ha bajado en la misma proporción.
“Se trata de mujeres que llegan en etapa avanzada del embarazo, muchas sin control prenatal, lo que genera complicaciones durante el parto”, explicó el funcionario estatal.
Indicó que cada año se registran entre 60 y 70 casos de mujeres migrantes atendidas en hospitales fronterizos de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, muchas de ellas en trabajo de parto o con emergencias obstétricas.
Aseguró que ningún hospital puede negar atención médica a una mujer embarazada, sin importar su nacionalidad o estatus migratorio, conforme a las normas de salud vigentes.
“El servicio se otorga de manera gratuita, tanto a connacionales como a extranjeras, garantizando la atención integral a quienes lo necesiten”, subrayó Hernández Navarro.
Además, los migrantes indocumentados también pueden recibir servicios no urgentes en centros comunitarios y hospitales de protección social, donde se prioriza la atención materno-infantil.
El funcionario reiteró que el sistema de salud estatal mantiene protocolos humanitarios, enfocados en proteger la vida de las mujeres y sus hijos, ante la vulnerabilidad que enfrentan en su paso por la frontera.