Como parte de una estrategia integral para la prevención de adicciones, la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial y de Servicios (DGETI) en Tamaulipas promueve que sean los padres de familia quienes revisen las mochilas de sus hijos antes de salir de casa. Además, la dependencia está capacitando a los docentes para que puedan detectar conductas de riesgo en los estudiantes.

Olegario Muñiz Cura, comisionado de la DGETI en el estado, explicó que, si bien existen protocolos para actuar en caso de que se detecten sustancias ilícitas en las escuelas, la apuesta principal es la prevención.
“Desde que entran a las escuelas se les recomienda a los padres de familia que revisen los útiles escolares de sus hijos. Sabemos que en el trayecto de la casa a la escuela pueden ocurrir otras situaciones, pero la primera parte inicia en la familia”, señaló.

En este sentido, añadió que los maestros también reciben capacitación para identificar comportamientos inusuales en los alumnos. Sin embargo, reconoció que, además de las adicciones, existen muchos otros factores que pueden ocasionar un bajo desempeño académico.

“No necesariamente las conductas inusuales están relacionadas con problemas de drogadicción o alguna situación de consumo. Muchas veces los jóvenes sufren estrés debido a la misma situación de vida, problemas familiares, económicos y todo eso lo reflejan en el aula. En consecuencia, su rendimiento académico también baja”.

Sobre los resultados de las revisiones de mochilas, el funcionario aseguró que lo más común ha sido encontrar vapeadores y, en casos aislados, marihuana.

“Las adicciones no son un problema exclusivo de Tamaulipas, pero en nuestros jóvenes lo más que hemos encontrado al revisar sus útiles son vapeadores y, en casos aislados, marihuana. Sin embargo, fentanilo u otras sustancias no se han detectado”.
Entre las acciones que comprende el protocolo para los casos de hallazgo de sustancias ilícitas, describió que el primer paso es notificar a los padres de familia. Asimismo, añadió que a los jóvenes no se les suspende, como ocurre en otros planteles. Por el contrario, se les canaliza a programas de apoyo psicológico a través del DIF y otras instituciones, para que puedan recuperarse y continuar su desarrollo educativo.