En un movimiento que ha encendido el interés, la Organización Nacional para la Protección del Patrimonio Familiar (ONAPAFA) dio un paso insólito: ahora no solo gestiona la regularización de carros “chocolate”, sino también con la construcción de casas rurales.

El representante estatal, Jesús Manuel Zúñiga Maldonado, anunció con bombo y platillo el arranque del proyecto que, según sus palabras, beneficiará a más de 400 familias de escasos recursos en Burgos, San Fernando y Ciudad Victoria.

Apenas ayer un tráiler repleto de acero, varilla, block y cemento llegó para iniciar las primeras obras: 50 viviendas en Burgos, otras 50 en San Fernando y nada menos que 200 en la capital tamaulipeca.

Lo más sorprendente: los beneficiarios solo tendrán que aportar el 10% del valor total de la vivienda —estimado entre 400 y 480 mil pesos— y podrán pagarlo conforme avance la obra.

“Aquí no hay nada que arriesgar, nada más puro ganar”, aseguró Zúñiga Maldonado.

Para acceder al beneficio, los interesados deberán demostrar que no tienen casa, que cuentan con terreno propio y que sus ingresos son limitados. No importa la colonia ni el asentamiento, con tal de ser mayores de edad y padres o madres de familia, o vivir de manera independiente.

En un dato que ha despertado curiosidad, Zúñiga aclaró que el proyecto no pertenece a ningún programa federal, sino que proviene de fondos internacionales ligados a la Agenda 2030, gestionados por una fundación cuyo nombre —por ahora— permanece en reserva.

La primera reunión informativa ya se llevó acabo en Ciudad Victoria, donde líderes comunitarios recibieron los primeros detalles y comenzará la recepción de documentos para los posibles beneficiarios.

Con esto, ONAPAFA deja claro que quiere ampliar su terreno… y no solo en lo automotriz.