La falta de agua potable, junto con las altas temperaturas que ya alcanzan niveles sofocantes, está poniendo en peligro no solo la continuidad de las clases presenciales, sino también la salud de cientos estudiantes de Ciudad Victoria.
De los 390 planteles registrados en el municipio, al menos 214 presentan problemas con el abasto de agua. Miguel Ángel Tovar Tapia, presidente de la Sociedad Estatal de Maestros y Padres de Familia de Tamaulipas, advirtió que “lamentablemente es un tema que el municipio no quiere reconocer: la falta de agua en las escuelas y, más aún, en muchas casas”. Añadió que las escuelas del norponiente son las más afectadas por la ineficiencia de la red.
La situación sanitaria también preocupa. La escasez impide el lavado frecuente de manos y el uso adecuado de los sanitarios, lo que representa un foco de infección, especialmente en medio de los rezagos que dejó la pandemia.
“Ya lo señaló la titular de la Jurisdicción Sanitaria número 1: una medida preventiva sería suspender clases presenciales con estas temperaturas de 38 a 40 grados, con sensación térmica aún mayor”, mencionó Tovar Tapia.
Sin embargo, suspender las clases no es una solución sencilla, ya que el 65 % del alumnado no cuenta con conectividad a internet, situación que acentuaría aún más el rezago educativo heredado de la pandemia por COVID-19.
De las 390 escuela de educación básica que se tienen en la ciudad, se estima que el 20 % no tiene acceso regular al agua y entre el 35 y 40 % la reciben de manera intermitente. Como ejemplo, Tovar Tapia expuso el caso de los planteles ubicados en las colonias Enrique Cárdenas e Industrial.
“Hace unos días anduve por esos sectores y llevaban cinco días sin agua. En estas colonias existen por lo menos cuatro escuelas, por consiguiente, también tenían cinco días sin agua, porque el tinaco, cuando mucho, se vacía en dos días”.
Pese a que la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) asegura que las escuelas son prioridad, la realidad en los planteles contradice ese discurso.
“Mienten, porque hay muchas escuelas que no tenemos agua”, afirmó. “El municipio, quién sabe qué pretenda ocultar, la inoperancia seguramente, justificando con que le están dando mantenimiento a la red o con todas esas cuestiones técnicas”.
Aunque en algunas ocasiones la Comapa abastece a las escuelas mediante pipas, se indicó que cuando esto no sucede se tiene que recurrir a la compra de agua con pipas privadas, cuyos costos oscilan entre los 800 y 1,200 pesos, según la urgencia de disponer del vital líquido.