Cuando hablamos de la comunidad migrante en México -como en casi, todo el mundo- hablamos de una comunidad segregada. Con pocas oportunidades tanto para el desarrollo personal como laboral, – lo mismo aplica para connacionales deportados, que para migrantes extranjeros -.

En esa comunidad en donde parece más fácil identificar limitantes e historias dramáticas, Marcela Torres, identificó potencial y terreno fértil para desarrollar una Startup, que combina la tecnología con la problemática migrante que vive el país.

Hola Code, empresa que fundó Marcela, se enfoca en entrenar a jóvenes migrantes que vienen de regreso de Estados Unidos a México o desplazados de Centroamérica a México, en programación.

“Con la ventaja de los chicos y chicas que crecieron en Estados Unidos, que tienen dos idiomas, sus culturas. El Programa se enfocaba en aprender de manera acelerada a programar y una vez que aprendieran conseguir un empleo y a través de un porcentaje sobre su salario, regresar la inversión que se les hizo en su educación, es la empresa que yo fundé y por eso a mí Cartier me nominó”.

De Ciudad Victoria a Dubái

Cartier Women’s nominó a Marcela en 2022, – premiación que se llevó a cabo en Dubái durante el mes de marzo -, como una de las mujeres más influyentes del mundo.

Ella es la primera victorense en alcanzar esta nominación y en 2019, MIT Technology Review en español, la consideró entre los Innovadores más destacados, menores de 35 años en Latinoamérica.

“Definitivamente no es algo que, como victorense piensas que vas a tener, no sueñas con ahí voy a hacer la competencia de Amazon, no creces así un poco, entonces creo que de repente tener una empresa en las manos, si fue una sorpresa”.

Marcela Torres, cursó estudios internacionales en la UDEM, gracias a una beca y más tarde, también a través de una beca estudió una Maestría de Desarrollo Social en Londres.

“Lo que yo sé hacer de tecnología soy autodidacta, como yo me di cuenta que en realidad nunca se necesita un título oficial para ejercer en esta profesión, sino más bien habilidades, también un poco por ahí viene el puente, de un programa, que no sea, no sé, que no necesite un sello de la SEP, pero más bien que tengas las herramientas que necesitas para trabajar en el sector”.

El mito de los ninis

Cuando regresa de Londres, consigue trabajo en el Gobierno de la Ciudad de México, ahí le toca investigar sobre lo que ahora llama “el mito de los ninis”.

“Me encargaron hacer una investigación de eso y me di cuenta que en realidad el mito del nini no existe. En el país que tenemos muy poca gente se puede dar el lujo de no trabajar o no estudiar”.

Marcela, hoy se encuentra en Portland, Oregón, en Estados Unidos para participar en el Programa Inventor de la universidad del estado.

Ya no está al frente de Hola Code, pues se dedica al sector de Inversión de Capital de Riesgo.

Trabajar con la comunidad migrante, le abrió un nuevo panorama de la realidad que enfrenta el país.

“Vivimos en un país que, sí es bastante racista, bastante clasista y por más que sepas programar de manera increíble, ciertos tonos de piel, cierto acento, cierta forma en la que hablas hace que las empresas no te contraten”.

¿Cómo llega Marcela Torres a ser una de las más influyentes del mundo?

Marcela recuerda que cuando vivía en Ciudad Victoria, acudía al campamento de verano de la Biblioteca Pública.

“(Con la lectura) yo viajé a Egipto yo estuve con las momias, yo estuve en todos lados y a mí leer siempre me ha gustado y siempre me abrió como una parte en la cabeza en la que hay más, y siempre he tenido como esta hambre de ¿dónde está lo más? y ¿qué más puedo hacer?”.

Justamente, facilitar espacios para que las demás personas puedan crear, eso es lo que mueve a Marcela Torres.

¿Cuál es tu propuesta para que más victorenses sean líderes mundiales?

“Si en la región del mundo en la que vivimos tuviéramos más acceso a herramientas para crear y más espacios para crear, tendríamos una realidad bastante distinta”.

¿Cómo construir un futuro mejor para las nuevas generaciones?

“El futuro lo tenemos que construir voces diversas, es decir, tenemos que haber mujeres en la mesa, tomando decisiones, y bueno, yo llegué así tumbando la puerta dije compromiso, yo me voy a sentar en la mesa, y aquí estoy”.

Marcela Torres culmina la entrevista con una frase conmovedora:

“Yo sé que estoy empujando la vara, pero mi expectativa es empujar la vara para que no sea tan difícil para las que siguen, después de mí”.