Victoria, Tamaulipas.- En Tamaulipas, el uso de pirotecnia durante celebraciones decembrinas continúa generando afectaciones que van más allá de las festividades.

Mascotas y personas con la condición del espectro autista enfrentan consecuencias físicas y emocionales severas a causa del ruido intenso, pese a que existen leyes estatales que lo regulan y sancionan.

Desde el Congreso del Estado, la diputada local y presidenta de la Comisión Permanente, Yuriria Iturbe Vázquez, recordó que la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Tamaulipas establece de manera expresa la prohibición de someter a los animales a ruidos, vibraciones, temperaturas o cualquier fenómeno físico que les resulte perjudicial.

En ese contexto, el estruendo provocado por cohetes y explosiones encuadra como una forma de maltrato animal.

Las violaciones a esta disposición pueden ser sancionadas con arresto de hasta 36 horas, una medida que, de acuerdo con la legisladora, busca inhibir prácticas que causan sufrimiento innecesario.

No obstante, reconoció que el problema persiste por la normalización social del uso de pirotecnia, especialmente en fechas festivas.

Iturbe Vázquez señaló además que, ante la reincidencia y la falta de conciencia, no descarta impulsar una revisión legislativa para endurecer las sanciones, con el objetivo de fortalecer la protección de los animales y garantizar el cumplimiento efectivo de la ley.

La diputada recordó que la Ley para la Atención, Protección e Inclusión de las Personas con la Condición del Espectro Autista reconoce el derecho de este sector de la población a vivir en un entorno de respeto y sensibilidad, libre de ruidos que alteren su integridad física y emocional, como los generados por música a alto volumen o pirotecnia.

Desde el ámbito médico, el doctor Ángel Cardoso Luna, médico veterinario zootecnista egresado de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, explicó que los daños ocasionados por la pirotecnia en animales domésticos son diversos y, en muchos casos, graves.

Señaló que perros y gatos poseen sentidos considerablemente más agudos que los humanos, en especial el oído, lo que provoca que un estallido sea percibido con una intensidad mucho mayor.

El especialista detalló que los sonidos fuertes pueden afectar el sistema vestibular, encargado del equilibrio y la coordinación, lo que deriva en desorientación, pérdida de equilibrio, convulsiones y episodios severos de estrés.

A ello se suma la liberación de hormonas como cortisol y adrenalina, que en exposiciones repetidas pueden generar daños neurológicos.

Advirtió que en animales de edad avanzada o con padecimientos previos, como problemas cardíacos, el estrés agudo puede desencadenar complicaciones fatales.

Asimismo, subrayó que no sólo los perros y gatos se ven afectados, sino también otras especies, incluidas aves, que pueden morir tras explosiones intensas.

El veterinario explicó que, al ser instintivos, los animales interpretan los estruendos como señales de peligro inmediato y, en espacios reducidos, este impulso de huida puede provocar lesiones al chocar contra muros u objetos, agravando las consecuencias del miedo.

Ante este panorama, recomendó a los propietarios responsables mantener a sus mascotas dentro del hogar durante las detonaciones, en áreas seguras y controladas, acompañarlas para que se sientan protegidas y, en algunos casos, utilizar herramientas como vendajes de compresión que reducen el estrés.

El impacto de la pirotecnia también alcanza a las personas con autismo. Ante esto, la psicóloga Karina Elizabeth López Hernández, licenciada en Psicología y maestra en Psicología Clínica y de la Salud, explicó que la reacción ante ruidos fuertes no es exageración ni berrinche, sino una respuesta neurológica del sistema nervioso.

Detalló que estos estímulos pueden provocar ansiedad intensa, crisis de pánico, sobrecarga sensorial, intentos de escape, conductas repetitivas y alteraciones del sueño. Incluso en niños pequeños sin diagnóstico de autismo, el ruido excesivo puede generar miedo persistente, llanto incontrolable y estrés agudo.

La especialista recomendó anticipar estos episodios mediante la prevención: explicar lo que ocurrirá, preparar espacios seguros, reducir estímulos, cerrar ventanas, utilizar audífonos silenciadores y mantener rutinas de calma.

Durante una crisis, enfatizó, lo fundamental es acompañar, validar lo que la persona siente y evitar castigos o correcciones.

Aunque el marco legal en Tamaulipas reconoce los daños y establece sanciones, especialistas y legisladores coinciden en que el reto principal es cultural.