Militantes del Partido del Trabajo (PT) en Tamaulipas denunciaron que el instituto político ha sido reducido a un simple vehículo de “turismo electoral”, donde se imponen candidaturas ajenas a la militancia y se excluye de manera sistemática a quienes han construido el partido desde la base.
Uno de los principales reclamos es la falta de mecanismos democráticos internos, lo que ha derivado en la llegada de candidatos “a modo” que solo aparecen en tiempos electorales, sin trayectoria ni compromiso con el PT.
“Ya no se toman en cuenta a los militantes reales, traen gente de fuera solo para cumplir acuerdos políticos. Eso no es un partido, es una franquicia electoral”, señaló Juan Contreras, militante petista con más de 15 años de afiliación.
Los inconformes también acusaron que legisladores que formalmente representan al PT responden en realidad a intereses de Morena, sin mantener contacto con la estructura partidista ni respaldar las causas históricas de la militancia.
“Jamás regresan a rendir cuentas, no nos consultan nada y solo aparecen cuando hay elecciones. En los hechos, no representan al PT, representan a otros intereses”, afirmó María del Carmen López, activista y militante en la zona centro del estado.
Otro señalamiento recurrente es el control del partido por grupos políticos enquistados en municipios como Río Bravo, Mante y Ciudad Victoria, donde —denuncian— las regidurías y posiciones de poder han sido ocupadas por las mismas familias durante periodos que van de 10 a 20 años.
“Es un cacicazgo disfrazado de dirigencia. Mientras las mismas familias se reparten los cargos, el partido se debilita y pierde presencia real en las colonias”, expresó Pedro Hernández, militante del PT en el sur de Tamaulipas.
Los petistas inconformes coincidieron en que mientras Arsenio Ortega Lozano continúe al frente de la dirigencia estatal, no habrá renovación ni futuro para el partido.
“Mientras Arsenio Ortega siga al frente, no habrá renovación ni futuro para el PT en Tamaulipas. El partido está secuestrado por un cacicazgo que solo ve por sus intereses”, sentenció Contreras.
Finalmente, advirtieron que de no darse un cambio en la dirigencia y en la forma de selección de candidaturas, el PT corre el riesgo de convertirse en una fuerza política marginal, desconectada de su militancia y de las causas sociales que le dieron origen.