Vecinos de la Colonia San Marcos solicitaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informar con claridad sobre el proceso de desalojo que, según les fue advertido, se llevará a cabo en diciembre.
Piden que no se realice “de un momento a otro”, sin previo aviso ni presencia de autoridades locales que garanticen el orden y la seguridad de las familias.
Los colonos aseguran que desde julio, cuando fueron notificados del inicio del procedimiento administrativo, no han recibido comunicación oficial sobre las fechas ni las etapas siguientes.
“Solo nos dijeron que venía el desalojo, pero no nos explicaron cuándo ni cómo. Vivimos con la incertidumbre de que cualquier día lleguen a sacarnos”, expresó una vecina del sector.
El pasado mes de julio, cuando inicio el proceso de notificación, el delegado de la Conagua, Jaime Gudiño Zárate, informó que habitantes fueron notificados por ocupar terrenos dentro del cauce federal, donde las viviendas representan un riesgo inminente ante lluvias y crecientes del río.
En ese entonces, el funcionario aseguró que no se trataba de un desalojo inmediato, sino de un procedimiento con plazos administrativos, aunque dejó abierta la posibilidad del retiro forzoso de las construcciones.
Sin embargo, los habitantes afirman que el proceso ha avanzado sin que se les informe oficialmente sobre el estado de sus casos ni se les ofrezcan alternativas de reubicación.
“No nos oponemos a que se limpie el río, pero queremos saber qué va a pasar con nuestras familias. Nadie nos ha venido a decir nada desde hace meses”, comentó otro de los afectados.
Los vecinos piden la intervención del gobierno estatal y del ayuntamiento para que la Conagua transparente los pasos del operativo y se garantice un trato digno.
Señalan que temen un desalojo, como dicen, ya les advirtieron que podría ocurrir en diciembre.
El proyecto de saneamiento del río San Marcos forma parte del plan nacional hídrico y busca liberar los cauces ocupados, además de incluir limpieza, reparación de colectores y eliminación de descargas residuales.
No obstante, las familias afectadas insisten en que, mientras no haya diálogo y certeza, el operativo podría convertirse en un conflicto social.
“Solo pedimos que nos informen y nos respeten. No queremos enterarnos del desalojo cuando ya estén tocando la puerta con maquinaria”, advirtieron.