Aunque en Tamaulipas se tienen identificados 18 centros de tratamiento para adicciones, conocidos como anexos, la cifra real podría ser mayor, debido a la existencia de lugares que operan de manera clandestina.

Eliana Guevara Peña, jefa del Departamento de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud estatal, señaló que, aunque la dependencia realiza visitas de supervisión periódicas a estos sitios, algunos se resisten a cumplir con la normativa.

Para evadir las inspecciones, observaciones o incluso las clausuras, señaló que es común que estos centros cambien de domicilio sin previo aviso. Esta situación se ha detectado en varios municipios del estado, incluyendo Ciudad Victoria.

“El gran problema que tenemos con estos centros es que, cuando los visitamos como parte del programa de prevención de adicciones y se les hacen observaciones para que cumplan con la normativa, por lo general lo que hacen es cambiar de domicilio; el año pasado, en Victoria, el programa fue a visitar el anexo, pero cuando el equipo regresó unos meses después para verificar su documentación, ya se habían cambiado de ubicación. Cabe señalar que nuestras visitas no son de sanción, sino de acompañamiento, pero cuando las personas no quieren cumplir con la normatividad, es muy recurrente que se muden de lugar”, agregó.

ANOMALÍAS MÁS FRECUESTES

Para poder operar, los anexos deben contar con una licencia sanitaria y un aviso de funcionamiento, documentos expedidos por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris). Sin estos requisitos, las autoridades advierten que confiar en estos lugares representa un riesgo inminente para la salud de los pacientes.

“Nosotros siempre recomendamos a las familias tener mucho cuidado a la hora de elegir a dónde llevan a sus seres queridos y no caer en la desesperación; hay muchas maneras de ayudar a las personas con problemas de consumo de sustancias, creando conciencia sobre la enfermedad y buscando lugares que cumplan con la normativa y respeten los derechos humanos básicos”.

Además de la falta de permisos por parte de las autoridades sanitarias, otras irregularidades en las que comúnmente incurren este tipo de centros son la falta de expedientes clínicos organizados, la ausencia de fumigaciones y el hacinamiento de los internos.

A nivel estatal, Victoria es el municipio con más centros de tratamiento para la atención de adicciones. De los 18 que están plenamente censados, al menos siete se encuentran en esta ciudad.

En el 2024, la Coepris clausuró un anexo en Victoria por operar fuera de la normatividad. En el mismo periodo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) realizaron inspecciones en anexos de Nuevo Laredo, Reynosa y otro en Victoria; derivado de estas inspecciones, en Reynosa se inició el proceso de reconocimiento del Centro Integral para la Prevención y Atención de las Adicciones (Cipad),
“Es un centro que sí cumple con los requisitos de normatividad, cuenta con expedientes clínicos, registro médico y psicológico, y tiene toda su documentación en regla”.

De llegar a identificar la existencia de irregularidades en los anexos, las autoridades recomiendan a la población dar parte de inmediato a la Coepris para que se proceda a su revisión y, si es necesario, también a la clausura.