El virus de Marburgo es un primo del ébola ligeramente menos mortal para el que no hay vacunas ni tratamiento.
Detectado recientemente en Guinea, se manifiesta por una fiebre aguda acompañada de hemorragias externas e internas, con una tasa media de mortalidad del 50%.
¿Dónde surgió el virus de Marburgo?
Este virus, conocido antiguamente como fiebre hemorrágica de Marburgo, fue bautizado por la ciudad alemana donde se detectó por primera vez, en 1967, en un laboratorio cuyo personal estuvo en contacto con monos con la enfermedad, importados de Uganda.
El mismo año se detectaron otros dos focos en laboratorios de Fráncfort, Alemania, y en Belgrado (Yugoslavia, hoy Serbia).
Siete personas murieron entonces por la enfermedad.
¿Cómo se transmite?
El virus forma parte de la familia de los filoviridae (filovirus), como el ébola (con el que comparte numerosas características), y se transmite al ser humano a través de los murciélagos de la fruta (rousettus), habitualmente considerados como los huéspedes naturales de este virus.
Se contagia entre humanos por el contacto directo de los fluidos corporales de las personas infectadas, o con superficies o materiales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros síntomas de la enfermedad por virus de Marburgo son dolores musculares, dolor de cabeza y conjuntivitis, seguidos de malestar en la garganta, vómitos, diarreas, erupciones cutáneas y hemorragias.
Esto hace que sea difícil distinguir esta enfermedad de otras patologías como el paludismo, la fiebre tifoidea, el cólera u otras fiebres virales hemorrágicas.
La enfermedad tiene un periodo de incubación de 2 a 21 días, según la OMS, y después manifiesta sus síntomas de forma repentina, con una fiebre fuerte, cefaleas intensas y gran malestar.
¿Qué tratamientos existen?
No hay ninguna vacuna ni ningún tratamiento homologado a día de hoy.
Según la OMS, se están desarrollando varios tratamientos a base de productos sanguíneos, terapias inmunitarias y tratamientos con medicamentos.
Pero se trata de un virus particularmente mortífero, con una media de un fallecido cada dos casos.
La tasa de mortalidad varió del 24% al 88% durante las anteriores epidemias, en función de la fuente viral y de la gestión de los casos.
¿Cómo frenar una eventual pandemia?
Para evitar la propagación masiva del virus de Marburgo hay que atajarla ya”, advirtió Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África.
Para ello, el investigador y responsable del departamento de virología del Instituto Pasteur en Dakar, Ousmane Faye, considera que “hay que reforzar la vigilancia, identificar todos los contactos próximos para poder aislarlos por si desarrollan la enfermedad, evitando así la transmisión”.
Epidemias anteriores
En África, las epidemias anteriores y los casos esporádicos se dieron en Sudáfrica, Angola, Kenia, Uganda y en República Democrática del Congo.
La pandemia más grave registrada hasta ahora se dio en 2005, en el norte de Angola, y dejó 329 muertos de 374 personas infectadas.
Primer caso en África occidental
El caso registrado en un pueblo del sur de Guinea fronterizo con Sierra Leona y Liberia, es el de un hombre que falleció el 2 de agosto tras la aparición de síntomas el 25 de julio, precisó la OMS.
Las autoridades siguen a cerca de 155 contactos cercanos.
De ellos, tres miembros de la familia del enfermo fallecido, y un sanitario, fueron designados como contactos de alto riesgo, y su salud se vigila de cerca.
Este caso de la enfermedad por virus de Marburgo fue detectado apenas dos meses después de que Guinea, uno de los países más pobres del mundo, declarase el fin de la epidemia de ébola que estalló en el país a principios de año, y que causó doce fallecidos.
Se reforzó en consecuencia la vigilancia en las fronteras.