Roman Gherstein, un ucraniano sobreviviente del Holocausto, afirma de forma categórica que “aquí no hay nazis”, refutando la justificación de Rusia para invadir su país.

En la lógica del Presidente ruso Vladimir Putin, el Gobierno ucraniano es tan vil y asesino como el de Adolf Hitler, y lo acusa de organizar un supuesto “genocidio” de rusohablantes en el este de Ucrania.

Aunque existen en Ucrania unidades militares y grupos que se reclaman de extrema derecha, el fenómeno no es generalizado. No obstante, el Kremlin considera que todo el país debe ser “desnazificado”.

“Yo formo parte de las raras personas que han sido evacuadas dos veces de Chernobyl”, cuenta Gherstein, de 83 años.

La primera, cuando los nazis se apoderaron de la localidad al norte de Ucrania. La segunda, 45 años después, tras la peor catástrofe nuclear de la Historia en la central ucraniana de esa ciudad.

Nacido en 1939, Roman solo tenía dos años cuando su padre lo instaló en un barco, con sus otros tres hijos, para huir de la Wehrmacht, las fuerzas armadas alemanas. Luego, de Kiev viajaron a Tayikistán, donde permanecieron tres años.

A su regreso a Chernobyl, ya no existía una comunidad judía.

“Los que se quedaron, reposan para siempre bajo tierra. Setecientas personas, mujeres, niños, ancianos”, enumera.
Afirmación de Putin busca ‘reescribir la historia’

Liubov Petujova, de 99 años, salía de la adolescencia cuando su familia dejó precipitadamente la región ucraniana de Vinnytsia, en dirección a Uzbekistán.

En su localidad de Botvino, que ya no existe, “todos” los judíos que se quedaron fueron “torturados, asesinados”, relata, con la mirada endurecida, en su humilde apartamento de Kryvyy Rih, en el sur de Ucrania.

Felix Mamot, de 84 años, tenía una familia numerosa antes del Holocausto. Su bisabuela tuvo 16 hijos, bastantes más nietos e incluso bisnietos. De ellos, 72 reposan en Babi Yar, un barranco de Kiev en el que entre 70 mil y 100 mil ucranianos, en su mayoría judíos, fueron ejecutados.

Entre 1941 y 1944, cerca de 1.5 millones de judíos fueron asesinados en Ucrania. En 2019, solamente entre 48 mil y 140 mil ucranianos eran de confesión judía, según un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Entre ellos está el Presidente Volodymyr Zelensky, nieto de un veterano del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.

Y entre 2 y 3 millones de soldados ucranianos que combatieron con el Ejército Rojo perecieron ante las tropas de Hitler, así como entre 3 y 5 millones de civiles, afirma Anton Drobovych, director del Instituto Nacional de la Memoria.

Calificar a Ucrania de país nazi, como lo hace hoy Rusia, no tiene “ningún sentido” y supone “reescribir la Historia” para justificar la invasión del país, asegura.

El insulto es tanto más amargo debido a que después de 1945, los judíos padecieron “una política oficial de antisemitismo” en la Unión Soviética, agrega Drobovych.
Putin es ‘peor que Hitler’

Felix Mamot recuerda que su padre, inicialmente “aceptado personalmente por Stalin” y con una buena situación en Moscú, fue amenazado por la purga que afectó a su comunidad, lo que lo obligó a huir de la capital rusa hacia Ucrania.

Desde la independencia de Ucrania, tras la caída de la Unión Soviética, la situación ha mejorado ahí para los judíos, constata por su parte Gherstein.

“En la era soviética, las discriminaciones eran enormes pero eso ya no existe. Hay que ver quien es nuestro Presidente para comprenderlo”, agrega.

Liubov Petujova utiliza con indignación las mismas palabras que Gherstein: “No hay nazis en Ucrania”.

Ambos ancianos no dudan en calificar duramente al Presidente Putin: “nazi”, “delincuente” o “peor que Hitler”.

Además, las fosas comunes y ejecuciones sumarias descubiertas en Ucrania -en Bucha o Izium- no fueron perpetradas por un Ejército de nazis ucranianos, sino por fuerzas rusas, destaca el rabino de Kryvyy Rih, Liron Ederi.

“No son solo judíos, son ucranianos asesinados”, zanja.