La primera ministra británica, Liz Truss, pidió perdón por los “errores” que ha cometido en el comienzo de su mandato y aseguró que será la candidata conservadora en las próximas elecciones generales.
“Quiero aceptar la responsabilidad y pedir perdón por los errores que he cometido”, dijo la primera ministra en una entrevista con la BBC con la que intenta pelear por mantenerse en el cargo, pese a la creciente presión para que dimita.
Truss señaló que con la masiva bajada de impuestos que prometió al asumir pretendía ayudar a que la gente pudiese pagar sus facturas energéticas, pero que fue “demasiado lejos y demasiado deprisa”, por lo que reemplazó a su ministro de Economía por Jeremy Hunt, “con una nueva estrategia para restaurar la estabilidad económica”.
Además, frente a las voces que le reclaman que se marche -ya lo han hecho públicamente cinco de sus propios diputados-, desechó la posibilidad de que vaya a renunciar de forma voluntaria.
“Lo importante es que he sido elegida para conseguir resultados para este país. Nos enfrentamos a momentos muy duros. Simplemente no podemos permitirnos pasar el tiempo hablando del Partido Conservador en vez de lo que necesitamos conseguir. Ese es mi mensaje a mis colegas”, agregó.
Tras insistir en que ha actuado “rápidamente” para enmendar sus errores, afirmó de forma contundente que seguirá al frente del Ejecutivo hasta que finalice la legislatura. “Lideraré a los conservadores en las próximas elecciones generales”, dijo.
La entrevista de Truss se divulgó el mismo día que su nuevo ministro de Economía, designado el viernes, revirtió la práctica totalidad de medidas fiscales que la primera ministra había adoptado y que constituían la columna vertebral de su programa de gobierno.
Hunt anunció que anula la rebaja prevista del 20 al 19 por ciento a partir de abril de la banda básica del impuesto sobre la renta y que las ayudas para limitar la factura energética para empresas y hogares, que debían durar dos años, finalizarán en abril.
Hunt asumió el cargo en sustitución de Kwasi Kwarteng, que fue cesado por Truss después de que su presentación el 23 de septiembre de un plan fiscal sin detalles de cómo reduciría la deuda sembrara el caos en los mercados financieros.
El nuevo ministro declaró hoy que los drásticos cambios a ese plan, por un valor de unos 37 mil millones de euros al año, pretenden “garantizar la estabilidad financiera y dar confianza en el compromiso del Gobierno con la disciplina fiscal”.