El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó este domingo 4 de mayo que ha ordenado la reapertura y modernización de la prisión de Alcatraz, ubicada en una isla frente a la costa de San Francisco, California. El emblemático centro penitenciario, cerrado en 1963, será transformado para alojar a los “delincuentes más peligrosos del país”, según declaraciones del mandatario.
La histórica prisión, ahora una atracción turística, será ampliada sustancialmente, de acuerdo con Trump, quien afirmó en su red social que el proyecto forma parte de su política de tolerancia cero contra el crimen y de su estrategia para combatir la violencia y la inseguridad.
“Cuando éramos una nación más seria, no dudábamos en encarcelar a los criminales más peligrosos. Así es como se supone que debe ser”, escribió el presidente.
Durante sus años de funcionamiento, Alcatraz albergó a algunos de los criminales más notorios de EE. UU., como Al Capone, y fue escenario de intentos de fuga que inspiraron numerosas películas. Cerró oficialmente por sus altos costos operativos y difíciles condiciones logísticas.
Trump también dejó entrever que migrantes indocumentados con antecedentes penales podrían ser enviados a la nueva Alcatraz, al igual que ha propuesto trasladar a algunos a la prisión de Guantánamo, en Cuba. “No seremos rehenes de criminales, matones y jueces que temen hacer su trabajo”, añadió.
La reapertura de Alcatraz, aún sin fecha oficial de ejecución, marca un giro radical en la política penitenciaria estadounidense y se suma a una serie de medidas del segundo mandato de Trump enfocadas en reforzar el control migratorio y la seguridad interna.