El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que su gobierno lanzó “numerosos” ataques militares contra el Estado Islámico (EI) en el noroeste de Nigeria, como parte de una ofensiva contra grupos terroristas que operan en esa región.
A través de su red Truth Social, el mandatario aseguró que la operación se realizó bajo su dirección como Comandante en Jefe y la calificó como un ataque “poderoso y letal” contra células de ISIS, a las que acusó de cometer asesinatos brutales, principalmente contra cristianos, en distintas zonas del país africano. Trump afirmó que había advertido previamente “un infierno” a los terroristas que habría consecuencias si continuaban los ataques.
“Previamente les advertí a estos terroristas que si no cesaban la masacre de cristianos, se desataría un infierno, y esta noche lo hubo. El Departamento de Guerra ejecutó numerosos ataques perfectos, como solo Estados Unidos es capaz de hacer. Bajo mi liderazgo, nuestro país no permitirá que prospere el terrorismo islámico radical. Que Dios bendiga a nuestras fuerzas armadas y les deseo una feliz Navidad a todos, incluidos los terroristas muertos, que serán muchos más si continúa su masacre de cristianos”.
Las declaraciones se dan en un contexto de alta violencia en el norte y noreste de Nigeria, donde este miércoles por la noche una explosión durante oraciones en una mezquita de Maiduguri, en el estado de Borno, dejó cinco personas muertas y al menos 35 heridas, según la policía local. Las autoridades señalaron que el ataque pudo haber sido perpetrado por un atacante suicida, tras hallar restos de lo que sería un chaleco explosivo.
El atentado se suma a una serie de hechos violentos en una región afectada desde hace años por la presencia de grupos armados como Boko Haram y la Provincia del Estado Islámico en África Occidental. De acuerdo con datos de Naciones Unidas, el conflicto ha dejado miles de muertos y millones de desplazados desde 2009.
Aunque ningún grupo se ha atribuido el ataque más reciente, el uso de atentados suicidas ha sido una táctica recurrente de Boko Haram, pese a que analistas señalan que este tipo de acciones habían disminuido en los últimos años.