El presidente Donald Trump anunció que su gobierno podría ampliar las operaciones militares contra las organizaciones delictivas y atacar a cárteles “por tierra”, tras una serie de golpeas navales contra embarcaciones que, según la Casa Blanca, transportaban drogas hacia Estados Unidos. “No están viniendo ya por mar, así que ahora tendremos que comenzar a buscarlos por tierra”, dijo el mandatario en declaraciones a la prensa.
La declaración se produce después de varios ataques en el Caribe que Washington atribuye a intentos de narcotráfico —incluyendo al menos un choque contra un presunto “barco drogadicto” frente a la costa de Venezuela— y tras la decisión de la administración de calificar a ciertos grupos de narcotráfico dentro de un marco de “conflicto armado” que permite uso militar ampliado. Estas operaciones han sido defendidas por la Casa Blanca como medidas contra el tráfico de drogas; críticos y expertos legales advierten que el empleo de la fuerza militar plantea dudas sobre la legalidad y el debido proceso.
Venezuela y organismos internacionales han reaccionado con preocupación: Caracas ha condenado los ataques y los ha descrito como agresiones a su soberanía, mientras que organizaciones de derechos humanos y algunos legisladores estadounidenses han pedido mayor transparencia y supervisión del Pentágono sobre estas acciones.
Ante el anuncio de posibles operaciones terrestres, analistas señalan varios retos prácticos y diplomáticos: identificar blancos precisos sin violar territorio soberano, coordinar con gobiernos regionales y evitar escaladas que pudieran derivar en confrontaciones mayores en la región. La administración Trump, por su parte, sostiene que las medidas son necesarias para cortar rutas de suministro que alimentan la crisis de drogas y violencia en Estados Unidos.