La comunidad de la Escuela Católica de la Anunciación vive momentos de dolor e incredulidad tras el tiroteo registrado la mañana de este miércoles 27 de agosto, cuando un hombre armado abrió fuego contra alumnos y familias que asistían a una misa en el templo parroquial.

De acuerdo con el reporte de las autoridades, el ataque ocurrió alrededor de las 8:30 a.m., en plena primera semana de clases. El agresor disparó desde el exterior de la iglesia a través de las ventanas, alcanzando a decenas de asistentes.

El saldo preliminar es de dos menores fallecidos, de 8 y 10 años de edad, además de 17 personas heridas, entre ellas 14 niños, varios en condición crítica.

El atacante, un joven de entre 20 y 25 años, portaba múltiples armas de fuego —incluido un rifle, una escopeta y una pistola— y tras consumar el ataque se quitó la vida en la parte trasera del recinto religioso.
“Es un acto premeditado, dirigido directamente a la comunidad escolar y religiosa”, informó la policía de Minneapolis al confirmar la rápida intervención de equipos de seguridad locales, estatales y federales.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, y el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, condenaron la masacre y ofrecieron apoyo a las familias afectadas. “Nuestros corazones están con los niños, las familias y toda la comunidad de Annunciation”, expresó Walz.

La tragedia contrasta con las imágenes difundidas apenas dos días antes, donde se veía a estudiantes sonrientes celebrando el regreso a clases en esta escuela fundada en 1923, reconocida por su modelo académico católico y su integración al Bachillerato Internacional.

Con una matrícula de alrededor de 370 alumnos, la institución se suma ahora a la dolorosa lista de comunidades escolares en Estados Unidos marcadas por la violencia armada