La tormenta Ciarán que azota a Europa dejó al menos 12 muertos, entre ellos una mujer en pleno centro de Madrid, según un nuevo balance el viernes, y provocó importantes perturbaciones, con puertos cerrados y vuelos anulados. El ciclón que se dirige al este tras haber golpeado el litoral atlántico, dejó cinco muertos en Toscana, en el centro-norte de Italia, donde provocó lluvias récord, anunciaron las autoridades locales. Un balance anterior daba cuenta de tres fallecidos.

“Lo que ha pasado esta noche en Toscana tiene un nombre: cambio climático”, dijo en su cuenta de X el gobernador de la región, Eugenio Giani, que decretó el estado de urgencia.

En Florencia, “la situación era crítica”, advirtió el alcalde de la turística ciudad, Dario Nardella. El río Arno alcanzará su pico de crecida este viernes. La mayoría de los accidentes mortales fueron provocados por caídas de árboles causadas por las violentas ráfagas de viento: dos víctimas en Bélgica, dos en Francia, una en España, una en Alemania y otra en Países Bajos.

En Madrid, el servicio de emergencias de la capital española confirmó “el fallecimiento de una mujer (…) tras caída de árbol”, en una calle del centro de la ciudad. En España, la zona más afectada fue el noroeste de la península, donde las autoridades pidieron a los ciudadanos extremar precauciones. Algunas zonas de la región de Galicia, principalmente en la costa, se encontraban en nivel rojo de aviso, que implica riesgo extremo, ante los fuertes vientos.

Según la agencia meteorológica española (Aemet), ciertas zonas de la costa del País Vasco también estaban en alerta roja, con olas que podrían alcanzar los 8 o 9 metros. Más de 80 vuelos fueron cancelados en once aeropuertos del país. En el este, en la región costera de Valencia, varios incendios, avivados por los fuertes vientos, obligaron a evacuar a más de 800 personas.

En la ciudad belga de Gante, murieron por la caída de árboles un niño ucraniano de cinco años mientras jugaba y una mujer de 64 años que caminaba por un parque con su marido y su hija, que resultó gravemente herida. La tormenta Ciarán provocó la interrupción de una parte del tráfico ferroviario en Flandes (norte) y perturbaciones en el resto de Bélgica. El tráfico marítimo también se vio afectado el jueves en la zona portuaria de Amberes.

En Francia, un camionero murió en su vehículo en el departamento de Aisne (noroeste) tras la caída de un árbol, y las autoridades también informaron de la muerte de un hombre que cayó desde su balcón en la ciudad portuaria de Le Havre (norte) luego de ser golpeado por las postigos de su vivienda a raíz de los fuertes vientos. En total, 16 personas resultaron heridas en el norte de Francia, siete de ellas bomberos. En todo el país, se registraron 47 heridos.

Alrededor de 1.2 millones de hogares se quedaron sin electricidad, de los cuales 780 mil en la región de Bretaña (oeste), que este viernes será visitada por el presidente Emmanuel Macron.

En Cornualles, en el sur de Inglaterra, grandes olas impulsadas por vientos de 135 km/h se abatieron el jueves sobre la costa, y más de 8.500 hogares se quedaron sin electricidad. Cientos de escuelas de toda la región permanecieron cerradas. Buena parte del tráfico marino desde el puerto de Dover fue suspendido el jueves por la mañana, y 35 personas fueron evacuadas a hoteles en la isla de Jersey ya que las rachas de viento de hasta 160 km/h dañaron viviendas, según la policía.

Países Bajos también advirtió de potentes ráfagas de viento de hasta 110 km/h, y unos 200 vuelos se cancelaron en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam. Los campeonatos de Países Bajos de ciclismo contra el viento, una modalidad específica de este país, fueron anulados.

Eurostar, que opera trenes entre Países Bajos, Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido, advirtió de que el tráfico “podría verse perturbado” y aconsejó a los viajeros que pospusieran sus viajes en la medida de lo posible. Los fenómenos meteorológicos extremos (ciclones, olas de calor, inundaciones, sequías…) son naturales, pero el calentamiento climático provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero generados por la actividad humana puede amplificarlos.