Rusia tomó control definitivo de la planta nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, con lo que se apodera de la central más grande de toda Europa.
Desde hace meses las tropas rusas mantienen ocupada esa región fundamental para el suministro de electricidad en Ucrania.
El presidente Putin formalizó la toma de la central nuclear mediante un decreto, mismo que firmó este miércoles.
Poco después del anuncio, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, que tenía previsto viajar a Kiev y Moscú esta semana, anunció que se dirigía hacia la capital ucraniana para hablar de la instauración de una zona de protección en torno a la planta.
La central, la mayor de Europa, está situada en la región de Zaporiyia, uno de los territorios ucranianos que Rusia se anexionó formalmente la semana pasada. La planta está cerca de la línea que separa los territorios controlados por Kiev y los ocupados por Moscú.
El gobierno deberá velar por que las instalaciones nucleares de la central […] sean aceptadas como propiedad federal”, recoge el decreto ruso.
El operador ucraniano, Energoatom, afirmó por su parte que consideraba el decreto de Putin “nulo y sin valor, absurdo e inadecuado”.
La central de Zaporiyia seguirá operando en Ucrania, conforme a la legislación ucraniana, en el sistema energético ucraniano, en Energoatom”, agregó la compañía en Telegram.
Después de que la gestión administrativa de la central se transfiriera a los rusos el miércoles, el operador nuclear ucraniano se indignó por “la creación de pseudoempresas con nombres de empresas ucranianas”.
La decisión rusa muestra “la agonía del mundo imaginario loco del país agresor”, criticó Energoatom.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear el recinto desde hace varios meses. Los ataques hacen temer la posibilidad de una catástrofe nuclear similar a la que ocurrió en Chernóbil en 1986.