El presidente Donald Trump ordenó reclasificar la mariguana dentro del marco federal de control de sustancias, colocándola en una categoría considerada de menor riesgo frente a drogas altamente prohibidas.

El cambio implica que el cannabis pase a la Lista III, en la que se ubican sustancias con aplicaciones médicas reconocidas y un potencial moderado de abuso, como ciertos anestésicos y fármacos hormonales.

Funcionarios señalaron que la medida busca eliminar obstáculos burocráticos que durante décadas limitaron la investigación clínica y el desarrollo de tratamientos derivados de la planta.

A pesar del ajuste, la Casa Blanca subrayó que el consumo recreativo de mariguana seguirá siendo ilegal a nivel federal, aunque algunos estados mantengan regulaciones propias más flexibles.

Especialistas consideran que la decisión marca un giro relevante en la política antidrogas de Estados Unidos, con posibles efectos en el sistema de salud y la industria farmacéutica.