Países Bajos inició este jueves la serie de elecciones para renovar el Parlamento Europeo y las autoridades de la Unión Europea (UE), confrontada al crecimiento de la ultraderecha en varios de los 27 países del bloque. Los centros de votación abrieron puntualmente a las 07:30 de la mañana.
En muchos centros los electores ya hacían fila para poder votar, según las imágenes de la televisión. La compleja maratón de comicios finalizará el domingo, día en que votan la mayoría de los 27 países. En total, poco más de 370 millones de personas están llamadas a las urnas.
Los resultados, por naciones, definirán los 720 escaños del nuevo Parlamento Europeo. Los eurolegisladores designarán luego a los dirigentes de las otras dos grandes instituciones de la UE: la Comisión Europea (brazo ejecutivo del bloque) y el Consejo Europeo (que representa a los países).
La actual presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, es candidata a un nuevo mandato de cinco años, con el apoyo de la bancada del Partido Popular Europeo (PPE), conformada por los partidos de derecha.
Los sondeos proyectan un marcado crecimiento de los partidos de extrema derecha, una perspectiva que arroja un manto de incertidumbre sobre el equilibrio político de los próximos cinco años. La ultraderecha tiene ya una fuerte representación en el Parlamento Europeo, aunque está dividida por su postura con relación a la propia UE.
De acuerdo con sondeos, esa tendencia podría ganar hasta un cuarto de las plazas en disputa. Ese porcentaje resulta insuficiente para formar una mayoría, pero la convertiría en un interlocutor insoslayable para alcanzar acuerdos de fondo. Según los sondeos, el PPE seguirá teniendo la principal bancada del Parlamento, seguido por el bloque de los Socialistas y Demócratas (S&D, socialdemócratas).
La bancada centrista Renovar Europa y la de los verdes se perfilan como las más perjudicadas por el fortalecimiento de la extrema derecha.
Si las encuestas se confirman, podría amenazar el equilibrio a tres bandas -entre el PPE, S&D y Renovar Europa- que en los últimos cinco años permitió los grandes acuerdos fundamentales.
Von der Leyen ya abrió la puerta a alianzas puntuales con los sectores de la ultraderecha más proclives a la UE, pero ese escenario dificultaría cualquier entendimiento con los socialdemócratas, los centristas o los verdes. En Países Bajos, se prevé que el Partido de la Libertad (PVV) de Geert Wilders, que obtuvo una sorpresiva victoria en las elecciones legislativas de noviembre, también quede como primera fuerza del país en las europeas.
Las encuestas anuncian igualmente una victoria de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, de los posfascistas Hermanos de Italia, de la jefa de gobierno Giorgia Meloni; y del partido de extrema derecha Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orban. La ultraderecha registraría además avances en Alemania y Polonia.
En España, el bloque de partidos que denuncia el crecimiento de la extrema derecha se presentará dividido. Le Pen intentará unificar a las dos bancadas de la extrema derecha, para tener más peso en la agenda y las decisiones del Parlamento.
El interés fundamental de los electores está ante todo ligado a las realidades de cada país, pero el denominador común es la preocupación por la inflación y el costo de la vida, la inseguridad y la migración. Estudios sugieren que la guerra en Ucrania también ocupa un lugar destacado entre las inquietudes de los europeos.
Más de tres cuartas partes del electorado apoya una política común de defensa y seguridad y, según estudios de la Comisión Europea, la mayoría aprueba el envío de equipamiento militar a Ucrania y las sanciones a Rusia.