La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó una resolución durante su asamblea anual para reforzar la producción local de medicamentos y de tecnologías de la salud con el objetivo de hacerlos más accesibles en todos los países y promover la igualdad.
La medida aprobada señala que la pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de prepararse para posibles interrupciones en el suministro de medicamentos esenciales y tecnologías de la salud, y la importancia de la cooperación y solidaridad internacional para conseguir el acceso a estos productos para todas las personas.
Con respecto al debate en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre una suspensión temporal de patentes de las vacunas contra el coronavirus para permitir que los países más pobres también tengan acceso a ellas, la resolución reconoce la importancia de la propiedad intelectual para desarrollar nuevos medicamentos, pero también su efecto en los precios.
“En la producción global, tener un plan general es importante, pero la clave es trabajar con los países uno a uno”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que agradeció a los países la aprobación de esta medida.
El responsable explicó que es necesario apoyar a cada país a afrontar este desafío ahora, pero también para que estén preparados a futuro.
La ONG humanitaria Médicos Sin fronteras (MSF), aunque celebró esta decisión, considera que hay algunos elementos que deberían haberse reforzado.
“Para facilitar una producción local sostenible, el asunto de obtener los derechos legales para producir los medicamentos y mejorar las tecnologías tiene que estar garantizado, y por esta razón las normas de propiedad intelectual deben ser reenfocadas”, aseguró la consejera de asuntos legales y políticos de la Campaña de Acceso de MSF, Yuanquiong Hu.
La representante de MSF insistió en una rueda de prensa en que el monopolio de la propiedad intelectual durante la pandemia no consiguió traer la apertura y que se compartieran las tecnología necesarias, y que la propia negociación de la resolución fue “una batalla política entre países“.
La pandemia debería de haber supuesto una llamada de atención para que todos los países se dieran cuenta de que si no hay una capacidad de producción local suficiente, continuaremos teniendo el mismo nivel de desigualdad en el acceso que tenemos hoy”, continuó.
MSF esperaba que tras la pandemia los países dejaran de lado sus diferencias y cumplieran con la responsabilidad de asegurar que en el futuro la producción de medicamentos, vacunas y otros suministro médicos no se confíe solo a un pequeño número de multinacionales farmacéuticas.