Ante el temor de un ataque inminente por parte de Israel o Estados Unidos, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, habría tomado cartas en el asunto y nombrado a tres posibles sucesores, según reveló este sábado el periódico The New York Times.

De acuerdo con el diario estadounidense, que cita a tres funcionarios iraníes con conocimiento directo del tema, Jameneí —de 86 años y actualmente refugiado en un búnker por seguridad— ya habría dado instrucciones a la Asamblea de Expertos para que actúe de inmediato si él llega a morir. Este órgano clerical es el responsable de designar al próximo líder supremo, por lo que su papel será clave en una eventual transición.

La decisión se da en medio de una escalada de tensión nunca antes vista entre Irán e Israel, tras el reciente bombardeo israelí sobre instalaciones nucleares y militares en territorio iraní. Desde entonces, ambos países han intercambiado ataques aéreos, y la posibilidad de un conflicto de mayores proporciones se mantiene latente.

El ayatolá, consciente de la gravedad del momento, busca garantizar que la sucesión no genere un vacío de poder ni conflictos internos, y que su legado —tanto en lo político como en lo religioso— continúe sin sobresaltos. La intención, según el Times, es que el proceso sea rápido y sin fisuras.

Hay que recordar que el líder supremo en Irán no es cualquier figura: es la máxima autoridad en todos los niveles del país. Desde lo militar y lo judicial, hasta lo legislativo y lo espiritual, su influencia es absoluta dentro del sistema de la República Islámica, especialmente entre los musulmanes chiitas.

Aunque aún no se revelan oficialmente los nombres de los posibles sucesores, se sabe que los tres son clérigos de alto perfil y cercanos al actual régimen.

Tanto Israel como Estados Unidos no han descartado tomar acciones directas contra altos mandos iraníes, incluido Jameneí, en caso de que el conflicto escale aún más. Esto explicaría la prisa del líder iraní por dejar todo “amarrado”, por si el peor escenario llega. Por ahora, el clima es de tensión máxima en la región, con el mundo observando cómo se mueve el tablero político y militar en Medio Oriente.