Los diputados de Kirguistán apoyaron este miércoles una propuesta para modificar el escudo de la bandera nacional, que pasará a tener un sol, alegando que el cambio podrÃa impulsar la economÃa. La empobrecida y aislada república de Asia Central, de 6.7 millones de habitantes, ha estado sujeta a una alta inestabilidad polÃtica desde que se independizó de la Unión Soviética en 1991.
La bandera kirguisa, adoptada en 1992 tras el colapso de la Unión Soviética, actualmente presenta una esfera amarilla —que representa una yurta nómada tradicional— sobre un fondo rojo, rodeada de lÃneas que emanan del centro. En noviembre, el presidente del Parlamento Nurlanbek Shakiev presentó un proyecto de ley para cambiar el emblema y para hacer que esas lÃneas “recuerden claramente a los rayos del sol”.
Los defensores de este cambio, entre los que se encuentra el presidente Sadyr Japarov, argumentan que el actual diseño se parece demasiado a un girasol y que esto impide que Kirguistán explote completamente su potencial de Estado “desarrollado e independiente”.
“ExistÃa la opinión pública de que nuestra bandera se parecÃa a un girasol y, en este contexto, el paÃs no podÃa ponerse en pie”, dijo Japarov en octubre. “Incluso habÃa casos de extranjeros que venÃan a vernos, diciendo que probablemente en nuestra república crecÃan muchos girasoles”, añadió. “A partir de ahora será como si el sol brillara y nos sonriera”, comentó en octubre.
Este miércoles, 59 diputados votaron a favor del cambio y solo cinco lo hicieron en contra. Japarov llegó al poder en 2021, tras haber sido liberado de prisión por sus simpatizantes. Decenas de personas se manifestaron en la capital, Biskek, este mes en contra del cambio de bandera.
Kirguistán es un paÃs rico en recursos naturales pero, como también ocurre en otros paÃses vecinos, muchos de sus habitantes dependen de las remesas que envÃan sus familiares migrantes. Según el Banco Mundial, para garantizar su desarrollo económico, Kirguistán necesita instaurar reformas para “desarrollar el sector privado y crear empleos, alentar el comercio internacional y una producción energética fiscalmente sostenible”.