BRASILIA.

Simpatizantes del expresidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, invadieron ayer las sedes de los Poderes de Brasil: el Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial de Planalto, con un saldo de 46 lesionados y 400 detenidos.

Los cientos de manifestantes protestaron así en contra de la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el cargo el pasado 1 de enero.

Los atacantes vandalizaron los salones plenarios, de acuerdo con videos difundidos por ellos mismos en redes sociales, en un episodio que remitió al asalto al Capitolio de Estados Unidos, en 2021.

Tras cuatro horas, la Policía Militar brasileña logró recobrar los edificios.

El presidente Lula da Silva tachó la toma de los Poderes como un “gesto antidemocrático, de vándalos y fascistas”.

Por su parte, desde Miami, Bolsonaro consideró que las invasiones de edificios públicos como las de ayer “se salen de la regla”.

Líderes latinoamericanos, entre ellos el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, condenaron el ataque a las instituciones en Brasil.

Ataque de bolsonaristas, al estilo capitolio; hay 400 detenidos y 46 heridos

Cientos de simpatizantes del exmandatario brasileño irrumpieron en la sede del Congreso, del Palacio de Planalto y del Tribunal Supremo; planearon el atentado durante una semana y hoy están señalados de vandalismo.

Cientos de simpatizantes del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro invadieron este domingo el Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial de Planalto en Brasilia, en rechazo a la investidura del presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió apenas el 1 de enero pasado.

Los incidentes dejaron 46 personas lesionadas y 400 detenidos, según el gobierno del Distrito Federal.

Una marea humana de manifestantes vestidos con los colores amarillo y verde de la bandera nacional invadió las sedes de los tres poderes.

Los atacantes ingresaron a los salones plenarios, vandalizaron y dañaron inmobiliaria.

De acuerdo con videos difundidos por los propios invasores, algunos de ellos se montaron en la tribuna de la sede del Congreso y se tomaron selfies.

En los pasillos, otros se bajaron los pantalones y la ropa interior y se filmaron sobre escritorios.

Durante unas cuatro horas, el centro de poder quedó sumido en el caos. Aunque las autoridades habían acordonado la zona, los atacantes lograron abrirse paso a la fuerza, saltar vallas y congregarse en el techo del Congreso.

“Nosotros, los patriotas, fuimos robados en las urnas por Lula”, dijo una persona que se identificó como Silva.

Las imágenes recordaban la invasión del edificio del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, por partidarios del entonces presidente republicano Donald Trump.

“No reconocemos este gobierno porque es ilegitimo”, dijo Víctor Rodrigues.

Los invasores se sentaban sobre el césped, mientras los helicópteros de la Policía Militar sobrevolaban a poca altura.

Los policías trataron de rechazarlos con gases lacrimógenos, pero se vieron rápidamente rebasados.

Un policía fue tirado de su caballo y golpeado por la multitud.

En tanto que al menos cinco reporteros también fueron agredidos.

Los detenidos fueron señalados de vandalismo.

La cadena CNN Brasil mostró a los inconformes bajar la rampa del Palacio de Planalto en fila, con las manos a la espalda, custodiados.

En otras imágenes, fue captado un autobús lleno de manifestantes arrestados que fueron trasladados hacia una sede de la Policía en el Distrito Federal de la capital.

Posteriormente, la policía logró recuperar el control de los edificios.

Tras eso, Bolsonaro, quien se encuentra en Florida se pronunció.

“Las manifestaciones pacíficas, en el marco de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy (ayer), así como las de la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla”, expresó el derechista en su cuenta de Twitter.

Al respecto, congresistas estadunidenses pidieron la expulsión del exmandatario.

De acuerdo con el periódico Estadao, manifestantes planeaban el ataque desde, al menos, el 3 de enero pasado.