Harvard University presentó una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, tras la congelación de sus fondos federales, medida que el centro educativo califica de ilegal. La universidad acusa a varios miembros de la administración, entre ellos el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y la secretaria del Departamento de Educación, Linda McMahon, de violar la Primera Enmienda de la Constitución al retener la financiación.

El litigio destaca que el intento del Gobierno de “coaccionar y controlar” la universidad contraviene principios fundamentales de libertad académica y viola regulaciones federales. Harvard sostiene que esta medida no solo amenaza su autonomía, sino que también podría tener graves consecuencias en áreas de investigación clave, como el cáncer, la esclerosis múltiple y el Alzheimer.

El presidente de Harvard, Alan Garber, expresó su preocupación por los efectos de la acción del Gobierno, asegurando que “serán graves y duraderas”. Garber también subrayó su compromiso con la lucha contra el antisemitismo, pero argumentó que la administración de Trump está utilizando este problema para justificar lo que considera un ataque ilegal contra la universidad.

La disputa surgió después de que Harvard rechazara una serie de demandas impuestas por el Gobierno en abril, que incluían terminar con programas de diversidad y monitorear las ideologías de los estudiantes internacionales. En respuesta, la Administración Trump congeló 2.200 millones de dólares en fondos federales destinados a la universidad, y amenazó con eliminar la exención fiscal que posee la institución. Además, el Departamento de Seguridad Nacional anuló una ayuda de 2.700 millones de dólares y exigió un registro de “actividades ilegales y violentas” entre los estudiantes internacionales.

La Universidad de Harvard se encuentra entre las instituciones que enfrentan amenazas de recorte de fondos debido a políticas de ‘discriminación positiva’ o la falta de lo que el Gobierno de Trump considera una “diversidad de ideas”. Mientras tanto, otras universidades como Columbia han aceptado las condiciones del Gobierno para evitar perder fondos federales, como los 400 millones de dólares que Harvard podría perder si no resuelve esta disputa.