El gobierno de Estados Unidos anunció que pondrá en marcha un mecanismo de financiamiento rápido por 20 mil millones de dólares para Argentina, como parte de un respaldo financiero frente a la crisis económica que vive el país sudamericano. La medida incluye la posibilidad de comprar deuda argentina en el mercado.

El Departamento del Tesoro informó que trabajará junto con el Banco Central argentino para facilitar este apoyo, que busca estabilizar el tipo de cambio, contener la inflación y evitar un colapso financiero antes de las elecciones legislativas de octubre. Se trata de una respuesta directa a la creciente presión que enfrenta la administración de Javier Milei.

El presidente argentino agradeció públicamente la decisión y aseguró que este respaldo dará oxígeno a la economía nacional. Dijo también que se trata de un voto de confianza hacia su política de ajuste fiscal y apertura económica, aunque reconoció que aún hay muchos desafíos por delante.

Los mercados reaccionaron de forma positiva al anuncio: el peso argentino se fortaleció y los bonos soberanos registraron alzas. Para los analistas, la medida permite calmar los ánimos en el corto plazo, aunque insisten en que la solución de fondo requiere reformas más profundas en el aparato productivo.

El respaldo estadounidense también tiene una lectura geopolítica. Estados Unidos busca mantener influencia en el Cono Sur ante el avance de otras potencias como China, que también ha ofrecido asistencia a varios países de la región. En este contexto, Argentina se convierte en un campo estratégico clave.

Sin embargo, algunos sectores critican la dependencia del país sudamericano hacia actores externos, señalando que este tipo de rescates financieros pueden convertirse en una carga a largo plazo si no se manejan con responsabilidad. La duda es si esta ayuda servirá para estabilizar o solo para postergar la crisis.