Al menos dos personas perdieron la vida y más de un millón fueron evacuadas en Filipinas tras el paso del supertifón Fung-wong, conocido localmente como Uwan, que golpeó la isla de Luzón durante el fin de semana. Aunque el fenómeno ha perdido fuerza, las autoridades mantienen la alerta por lluvias intensas, inundaciones y ráfagas de viento de hasta 230 kilómetros por hora.
El tifón, que se desplazó hacia el mar de China Meridional, podría volver a intensificarse antes de alcanzar el estrecho de Taiwán, según el más reciente reporte del servicio meteorológico filipino.
Durante una conferencia este lunes, Raffy Alejandro, oficial a cargo de Defensa Civil, informó que el sistema obligó a evacuar preventivamente a unas 1.4 millones de personas en la isla de Luzón, donde se ubica la capital, Manila.
“Hemos tenido que movilizar a miles de familias ante el riesgo de deslizamientos e inundaciones. Lamentablemente, se han registrado dos fallecimientos, uno de ellos por el colapso de una estructura”, indicó Alejandro en su balance matutino.
Las intensas precipitaciones han provocado desbordamientos de ríos, cortes de electricidad y daños en infraestructuras, especialmente en zonas rurales y costeras. Equipos de emergencia trabajan para restablecer el suministro eléctrico y despejar carreteras bloqueadas por árboles caídos y deslaves.
El Centro Nacional de Reducción y Gestión de Riesgos de Desastres (NDRRMC) mantiene la alerta en varias provincias del norte, recomendando a la población permanecer en refugios temporales y evitar desplazamientos innecesarios.
Aunque Fung-wong ha reducido su velocidad, las autoridades advirtieron que el riesgo de lluvias torrenciales y vientos intensos persistirá en las próximas 48 horas.
“Seguimos monitoreando su trayectoria; aún podría fortalecerse nuevamente al entrar al mar de China Meridional”, alertó el organismo meteorológico filipino.