El ex Presidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022) salió este martes del país en extradición a Estados Unidos, que lo reclama por narcotráfico, un delito por el que podría ser condenado a cadena perpetua.

Hernández fue entregado por las autoridades hondureñas a un equipo de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), cuyo avión aterrizó pasadas las 13:00 horas locales en Tegucigalpa.

Hernández, alguna vez aliado de Washington, fue trasladado en un helicóptero a la base aérea Hernán Acosta Mejía, en el aeropuerto Toncontín sur, desde una prisión del cuartel de las Fuerzas Especiales de la Policía, conocida como Los Cobras.

El ex Mandatario, esposado y vistiendo jean y chamarra azul, fue escoltado por militares hasta el aeropuerto. Ahora viaja en el avión de la DEA rumbo a Nueva York, donde quedará en prisión y será sometido a juicio.

En la solicitud, los fiscales estadounidenses aseguraron que entre 2004 y 2022, incluso antes de que fuera presidente, “Hernández participó en la conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína”.

Mediante la conspiración se transportaron “aproximadamente 500 mil kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a Estados Unidos”, agregó el documento.
Abogados en Nueva York

La extradición, aprobada inicialmente por un juez, fue luego ratificada a fines de marzo por los 15 magistrados del Pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), todos ellos nombrados durante el primer gobierno de Hernández.

En un comunicado, la familia del ex Presidente anunció que contrataron en Nueva York a los abogados Raymond Colón y Daniel Pérez para que asuman su caso y sean en adelante los portavoces del proceso.

La familia de Hernández reiteró la “inocencia” del ex Presidente y lo consideró “víctima de la venganza de los narcotraficantes que él mismo extraditó o que obligó a huir a Estados Unidos”.

Según ha argumentado el ex Mandatario, los capos que su Gobierno ayudó a extraditar buscan acuerdos con la fiscalía estadounidense para reducir sus penas, “y en base a mentiras, acusar al ex Presidente de cometer actos reñidos con la ley de ese país”.

El ex Gobernante incluso llegó a mostrar con orgullo los elogios de Washington por la labor de su Gobierno en la incautación de drogas.

Incluso en 2017, cuando logró ser elegido para un segundo mandato en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición y enfrentamientos ciudadanos que dejaron una treintena de muertos, Estados Unidos fue uno de los primeros gobiernos en saludar su triunfo.

Hernández dejó el poder el 27 de enero de 2022. Días después el Departamento de Estado anunció su inclusión en una lista de personajes corruptos, para luego pedir su extradición.
Un ‘narco-Estado’

JOH, como se le conoce por sus iniciales, fue arrestado el 15 de febrero, a solicitud de Estados Unidos.

Su hermano, el ex diputado Juan Antonio “Tony” Hernández, fue condenado a cadena perpetua en marzo del 2021 acusado también de fabricar su propia cocaína con la marca de sus iniciales, “TH”.

En el juicio, los fiscales federales señalaron que “Tony” operaba con su hermano e instituciones del gobierno, convirtiendo a Honduras en un “narco-Estado”.

Otro ex funcionario que aguarda extradición es el ex jefe de la Policía Nacional Juan Carlos ‘El Tigre’ Bonilla, acusado de “supervisar” las operaciones de narcotráfico del ex Presidente.

“Tres cadenas perpetuas podrían llegar a constituirme en un muerto en vida”, ha dicho Hernández, previendo las duras condenas que podrían esperarle.

“Nunca creí que esta lucha por la paz de nosotros los hondureños nos llevaría a ser conocidos como narco-Estado. Sabía que esta lucha no sería fácil, tendría muchos riesgos”, lamentó hace unos días.