Europa tiene tanto gas natural que no sabe qué hacer con él. A tal punto que los precios al contado se desplomaron brevemente por debajo de cero a principios de esta semana.
Durante meses, funcionarios advirtieron sobre una crisis energética este invierno luego de que Rusia ––que alguna vez fue el mayor proveedor de gas natural de Europa–– redujera los suministros en retaliación por las sanciones que Occidente le impuso tras su invasión a Ucrania.
Ahora, las instalaciones de almacenamiento de gas de la Unión Europea están casi llenas, mientras los buques cisterna que transportan gas natural licuado (GNL) se acumulan en los puertos sin poder descargarlo. Y los precios caen en picada.
Los futuros del gas natural europeo de referencia se desplomaron un 20% desde el pasado jueves y más de un 70% desde que alcanzaron su máximo histórico a finales de agosto. Este lunes, los precios al contado del gas holandés para entrega en una hora ––que reflejan las condiciones del mercado europeo en tiempo real–– cayeron por debajo de los 0 euros, según datos de Intercontinental Exchange.
Los precios se desplomaron a negativo debido a una “red sobreabastecida”, le explicó Tomas Marzec-Manser, jefe de análisis de gas en Independent Commodity Intelligence Services (ICIS).
Esto representa un giro enormemente sorprendente para Europa, donde los hogares y las empresas han sufrido durante el último aumentos drásticos en el costo de una de sus principales fuentes de energía.