Estados Unidos se dispone a exigir a los productores de cigarros que reduzcan la nicotina a niveles no adictivos, informaron el martes los medios locales.

La iniciativa podría anunciarse tan pronto como este martes, según The Washington Post, que cita una fuente allegada al asunto.

La medida requeriría que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) desarrolle y publique una reglamentación, que luego podría ser impugnada por la industria tabacalera, dijo por su lado The Wall Street Journal, el que primero informó sobre el tema.

La implementación de la iniciativa tomaría varios años y podría retrasarse o descarrilarse por litigios, o revertirse si un futuro gobierno decide no seguir adelante al no simpatizar con sus objetivos.

La nicotina es la sustancia que lleva a millones de personas a consumir cigarrillos. Miles de otras sustancias químicas contenidas en el tabaco y su humo son responsables de enfermedades como el cáncer, males cardíacos, derrames cerebrales, enfermedades pulmonares y diabetes entre otras.

Pese a que el número de fumadores ha ido disminuyendo a lo largo de los años, el tabaco es responsable de 480.000 muertes al año en Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Un 13.7% de los adultos estadounidenses son actualmente fumadores, según datos de los CDC.

La reducción del nivel de nicotina de los cigarrillos ha sido durante años tema de debate entre las autoridades estadounidenses.

En 2017, el entonces comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, anunció que quería avanzar en el tema y financió un estudio publicado en 2018 en el New England Journal of Medicine que encontró que “los cigarrillos con nicotina reducida (…) redujeron la exposición y dependencia” y “el número de cigarrillos fumados”.

La industria tabacalera rechaza esos hallazgos y dice que, de hecho, la gente fumaría más.

El presidente Joe Biden ha hecho de la lucha contra el cáncer una pieza central de su agenda y la política de reducción de la nicotina encajaría dentro de sus objetivos, a un costo mínimo.

El costo económico de fumar asciende a más de 300 mil millones al año, según los CDC, incluyendo más de 225.000 millones en atención médica directa para adultos y más de 156.000 millones en pérdida de productividad debido a la muerte prematura y la exposición al humo