La escasez de mano de obra contribuye cada vez más a limitar las cadenas de suministro y a una mayor inflación en Estados Unidos, por lo que crear programas para contratar legalmente a migrantes sería benéfico para su economía, apunta en un reciente estudio el Instituto Baker de la Universidad Rice.

Datos del Buró de Estadísticas Laborales de la Unión Americana dan cuenta del tamaño del déficit laboral en el país vecino: en abril pasado (el dato más reciente disponible) se abrieron 11.4 millones de puestos laborales, pero sólo había 5.9 millones personas sin trabajo buscando en qué emplearse, es decir, hubo un faltante de 5.5 millones.

Para empeorar las cosas, 4.4 millones de trabajadores renunciaron en el cuarto mes del año en curso.

José Iván Rodríguez-Sánchez, autor del estudio del Instituto Baker, fechado en junio de este año, estima que a fines del 2021 había alrededor de 2 millones menos de migrantes en edad laboral en comparación a niveles prepandemia.

Es decir, que la demanda de trabajos por parte de las empresas y otras entidades está superando ampliamente la oferta laboral disponible en Estados Unidos, debido a una reducción de la tasa de fertilidad y, más recientemente, a una caída en las tasas de inmigración, y también a más gente en edad de jubilación.

“Para resolver los problemas inmediatos de la escasez de mano de obra, es decir, cerrar la brecha laboral entre puestos de trabajo disponibles y trabajadores dispuestos a trabajar, tenemos que aumentar la oferta laboral a través de mayores niveles de inmigración.

“Los inmigrantes deberían poder trabajar en Estados Unidos legalmente, ya sea de manera permanente o temporal. Hacerlo sería benéfico para la economía y los propios inmigrantes. Estados Unidos debe comenzar por encontrar una solución”, refiere el estudio.

Los sectores afectados por la escasez de mano de obra también son numerosos.

Entre ellos figuran los servicios de hospedaje y alimentación, construcción, comercio mayorista y educación gubernamental.

“La pandemia sólo ha exacerbado estas tendencias actuales. La escasez de mano de obra también ha tenido efectos secundarios, incluidos los trabajadores exigiendo mejores salarios y horarios de trabajo flexibles e incluso renunciando, lo que lleva a una pérdida de experiencia y la necesidad de recontratar a los nuevos trabajadores”.

En su estudio, Rodríguez-Sánchez señala que muchos trabajadores extranjeros están dispuestos a trabajar.

“La solución implicaría un aumento de la legalidad de la inmigración, la cual disminuyó durante la pandemia debido a restricciones de viaje, desaceleración en los servicios de procesamiento de inmigrantes y baja movilidad en general”, apunta.

Su sugerencia no sólo consiste en contratar a migrantes de los países socios, bajo las reglas del T-MEC, sino crear programas para personas de Centroamérica.

Ofrecen Dls. 25 por hora y ni así…
En su intento de atraer trabajadores a su planta de tampones de la marca Tampax en Auburn, Maine, una de las más importantes en Estados Unidos, Procter & Gamble ha estado subiendo los salarios ofrecidos durante el último año y medio hasta en un 42 por ciento y ni siquiera así ha logrado reclutar el personal necesario.

Antes de una feria de empleo en febrero del 2021, la empresa ofreció un salario inicial por hora de 17.91 dólares y luego en julio de ese año lo elevó a 23.41 en julio.

Ya para enero del 2022, lo llevó a 25.41, superando el promedio nacional estadounidense para los trabajadores manufactureros en casi 50 centavos.

Así el salario anual promedio ha pasado desde 47 mil hasta 60 mil 800 dólares, con “oportunidad de crecer”. Los beneficios destacados incluyen 15 días de vacaciones pagadas, 12 días festivos pagados, seguro médico y un gimnasio gratuito, pero no ha sido suficiente.

Personas familiarizadas con las necesidades de la planta dicen que el personal es escaso.
Con casi dos puestos vacantes por cada trabajador desempleado, el aumento de la competencia ha aumentado los salarios y se ha sumado a las presiones inflacionarias.