Catherine Connolly asumió oficialmente  la presidencia de Irlanda, tras imponerse con amplio margen en las elecciones celebradas el 24 de octubre, en las que obtuvo el 63 % de los votos frente a su principal contendiente, Heather Humphreys, del partido Fine Gael.

Connolly, de 66 años, se convierte así en la décima jefa de Estado del país y en una de las pocas figuras independientes que alcanzan el máximo cargo político en Irlanda. En su discurso inaugural, prometió gobernar con sensibilidad social y trabajar por la unidad nacional.

Durante la ceremonia, celebrada en el Castillo de Dublín, la nueva presidenta destacó la importancia de atender los desafíos económicos y medioambientales que enfrenta la nación, así como fortalecer la igualdad de género y los derechos civiles.

Analistas consideran que su elección refleja el deseo de los votantes de renovar el liderazgo político y avanzar hacia una agenda más inclusiva. Connolly agradeció el respaldo de la ciudadanía y llamó a mantener un diálogo abierto y constructivo en beneficio del país.