El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró durante una rueda de prensa en la Oficina Oval que sus vecinos del norte y sur responden a sus directrices en materia migratoria, esto durante la conmemoración del 90 aniversario de la Ley de Seguridad Social.

“México hace lo que le decimos que haga, y Canadá hace lo que le decimos que haga, porque tenemos las dos fronteras, la norte y la sur, y las dos eran horribles”, afirmó Trump, en un tono de marcada satisfacción.

También sostuvo que no requirió nuevas normas para contener los cruces: “¿Recuerdan cuando Joe Biden dijo que necesitaba legislarse? Yo no tuve ninguna legislación, yo solo dije que íbamos a cerrar las fronteras y todo el mundo entendió”.

El comentario llega en un periodo de endurecimiento de políticas y mensajes. Desde el inicio de su mandato, Trump ha dado prioridad a reducir los encuentros en la frontera sur y a presionar a los socios regionales para cortar rutas de tráfico de personas y drogas sintéticas. Las cifras oficiales muestran caídas sustanciales en los flujos durante 2025, aunque la agencia aduanera advierte que la situación sigue siendo dinámica y sujeta a variaciones estacionales.

Trump se mostró especialmente satisfecho con la respuesta de Ottawa y Ciudad de México. En el caso canadiense, la cooperación transfronteriza se apoya en el Acuerdo de Tercer País Seguro, vigente desde 2004 y ampliado en 2023 para cubrir cruces entre puertos de entrada. La política restringe la posibilidad de solicitar asilo en Canadá a quienes llegan desde Estados Unidos, salvo contadas excepciones, y ha sido objeto de impugnaciones y críticas de organizaciones civiles.

En lo que respecta a México, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha dicho que mantendrá la cooperación, pero ha trazado líneas rojas frente a cualquier insinuación de intervención militar estadounidense. La presidenta ha insistido en que defenderá la soberanía nacional, rechazando despliegues de tropas extranjeras, incluso mientras su administración coordina acciones contra el fentanilo y la delincuencia organizada. En junio, Sheinbaum aseguró que el tráfico de esa sustancia hacia Estados Unidos había disminuido en torno a 40% respecto a meses previos, una cifra que su equipo atribuye a decomisos, controles y operativos conjuntos.

El relato presidencial también conectó con un mensaje político interno: Trump se jactó de que la ofensiva contra el crimen organizado obtuvo elogios privados de aliados demócratas, quienes, según dijo, “ahora se sienten seguros”.