Luego de que la fiscalía pidiera al juez del tribunal de Brooklyn 25 años de cárcel para el autor de “I Believe I Can Fly”, quien reclutó a adolescentes y mujeres para mantener relaciones sexuales, hace unos minutos se dio a conocer que R. Kelly fue sentenciado a 30 años de cárcel por delitos sexuales.

En septiembre, un jurado en Nueva York le declaró culpable de once cargos, entre ellos crimen organizado.

Sus actos eran insolentes, manipuladores, controladores y coercitivos. No demostró ningún arrepentimiento ni respeto por la ley”, sostuvo la fiscalía en un documento, en el que aseguraron que una “sentencia larga de cárcel disuadiría a otros – ricos, famosos y con poder excesivo como él que otorga su estatus – de cometer este tipo de delitos”.

Antes de que se dictara la sentencia, la defensa del cantante de 55 años, internado actualmente en una cárcel de Brooklyn, había pedido que la sentencia no superara los 17 años.

Las historias de las acusadoras mostraron un patrón de conducta: muchas de las presuntas víctimas dijeron haber conocido al cantante en conciertos o actuaciones en centros comerciales, y que su séquito les entregó papelitos con el contacto de Kelly.