A unos cuantos días de que se decida quiénes ocuparán el Congreso del Estado, parece oportuno formular una pregunta que implica el futuro político y social de Tamaulipas.
La expongo.
¿Cuál es el resultado electoral que más le conviene a los tamaulipecos en la conformación de la siguiente legislatura local?
Si me permite, externo mi opinión en tres posibles escenarios con pros y contras, con ventajas y desventajas, siempre desde la percepción de quien escribe. Uno de ellos es deseable pero escasamente factible; los dos restantes casi empatados en probabilidades.
Escenario uno:
Lo ideal sería que el voto nos llevara a que ningún partido tuviera una mayoría abrumadora. Repartidas las curules en mayor o menor medida entre las fracciones más representativas, PRI, PAN y MORENA, en el Poder Legislativo estatal reinaría un saludable sistema de contrapesos reales que evitara o redujera abusos en la manipulación de las leyes y en el manejo del dinero público.
Tal vez el tricolor sería el beneficiado en esta distribución, porque estaría en la posibilidad, de acuerdo a sus intereses, de vender su alma a panistas o morenistas, para inclinar la balanza hacia una u otra facción, pero de cualquier manera, desde mi punto de vista, parece una proyección apropiada porque los ciudadanos sería realmente beneficiados en esa especie de “concurso” para ver cuál diputado o fracción trabaja más y mejor.
Escenario dos:
Que ganara MORENA la mayoría de las curules.
La duda, muy preocupante, es si el Congreso Local se convertiría en un apéndice del federal, en donde la disparidad en número de diputados a favor de Regeneración Nacional ha convertido a esa cámara en un intento de pluralidad, porque a la vieja usanza del PRI todo lo resolverían como ahora lo hace Acción Nacional, por “línea”, con lo cual Tamaulipas sólo cambiaría de voluntad dominante o para decirlo de manera más cruda, de amo político.
No es una historia escrita desde luego, pero lo más seguro es que el deseado contrapeso no calentaría esa cama legislativa.
Escenario tres:
Que conserve el PAN la supremacía, pero no absoluta como sucede hoy.
Si ese fuera el caso –sin duda es posible– lo que política y económicamente le sería útil al pueblo es que lo lograra por un margen apretado, que no le diera el poder del “mayoriteo” y que lo obligara a buscar alianzas y a hacer concesiones, no sólo con las demás fuerzas políticas, sino con los actores sociales y productivos, llámense empresarios, sindicatos, profesionales o medios de comunicación, que podrían ser un freno para los excesos.
¿Le gusta o prefiere alguno de estos escenarios?
Pues está en sus manos. Usted tendrá la decisión el próximo 2 de junio…
EL DISCÍPULO
Y a propósito de MORENA, la estructura del poder e influencia en este proceso electoral a punto de concluir en lo que a campañas se refiere, se ha modificado en Reynosa, la plaza más importante electoralmente hablando en Tamaulipas.
¿Por qué verlo de esa manera?
Para nadie es un secreto que el sector empresarial y los medios de comunicación habían mantenido una considerable distancia de MORENA. Hasta hace poco.
La conquista de esos influyentes protagonistas ha corrido por cuenta de Rigoberto Ramos Ordóñez, el candidato plurinominal de Regeneración Nacional que además ha sostenido las riendas de cuatro distritos en esa región y ha logrado un acercamiento sumamente productivo para ese partido, con la iniciativa privada, con líderes sociales y con la prensa, que incluye al difícil municipio de Río Bravo.
Parece que a la hora de allegar simpatías y apoyos, le salió bueno el discípulo a Andrés Manuel López Obrador…
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