Los diputados morenistas no están creando el mejor clima en el Congreso del Estado de Tamaulipas, cuando este poder estará coexistiendo durante dos años con el Poder Ejecutivo que entrará en vigor a partir del próximo 1º de octubre. En estos tres meses el gobernador electo Américo Villarreal Anaya quizá debiera de buscarles un asesor para que los oriente y conduzca con propiedad y eficiencia, y sobre todo para que los ubique en toda su dimensión en busca de resultados que permitan al doctor sacar adelante sus proyectos o propuestas legislativas.
Tal como se desenvuelve la bancada de Morena sólo están montando un show mediático y no trabajo legislativo. Hasta ahora las diferentes reseñas de los procedimientos utilizados ha sido, llenar las galerías del Congreso con acarreados que ni siquiera les explican porque están ahí, como recurso para detener una iniciativa, lo cual finalmente no lograron; instalaron mantas con las que dan por clausurados los trabajos legislativos; intentos de irrumpir las reuniones de la Junta de Coordinación Política; los diputados del PAN y PRI y se han visto en la necesidad de encerrarse bajo llave y los morenistas han retirado cadenas y candados.
La circunstancia es que las condiciones en que está Morena operando en el Congreso no pueden seguir, son conductas que rompen con las reglas de urbanidad política, chocan con los protocolos instituidos para el desempeño de ese Poder. El hoy gobernador electo, cuando esté en funciones no puede distraerse en organizar y orientar directamente el desempeño de los diputados de su partido. Cierto que es una función que compete directamente al Secretario General de Gobierno, al que se nombre.
Es una tarea un tanto espinosa, porque no es fácil someter a la titular de la coordinación de la bancada de Morena, cuando se trata de la sobrina de ya sabe usted quien, aunque este “Quien” diga que si la ve en la calle no la conoce. Quizá la mejor salida para resolver este problema, sea invitar a la diputada en cuestión a ocupar un cargo en el Poder Ejecutivo, porque no hay madera de líder y los temas en que se ha visto involucrada no le dan la mejor imagen para conducir a sus compañeros de partido.
¿A QUIÉNES AFECTARÁ MÁS LA TRANSICIÓN?
Históricamente la transición sexenal ha tenido diferentes matices, algunos de total exclusión a la clase política del régimen saliente y no precisamente porque sean de diferentes partidos, uno de los ejemplos más claros tuvo lugar en el gobierno del Dr. Emilio Martínez Manautou, cuando los cuadros formados en la administración de don Enrique Cárdenas González no fueron tomados en cuenta por el mando sucesor, ni en el más modesto de los puestos.
Varios de ellos que aún sobreviven, recuerdan amargamente ese capítulo de su trayectoria, sobre todo porque eran jóvenes que empezaban hacer carrera y esperaban un proceso de continuidad.
En ese caso se trató de dos bandos priistas, sin embargo Martínez Manautou no quiso alojar en su gobierno a ningún elemento del “cardenismo”, y recurrió a incorporar a su gabinete a elementos externos que provenían de otras entidades, sumó a varios jóvenes amigos de su hijo, a su yerno y amigos de éste.
Esa fue una transición de dos corrientes diferentes, pese a la extracción priista de ambos gobiernos.
En 2016 Tamaulipas vivió otra transición, ahora sí de partidos diferentes, y muchos priistas fueron lanzados a la calle, quizá todos o casi todos. En esa ocasión impactó incluso en servidores públicos menores identificados con el priismo, porque en esa época no había de otra, todo era tricolor.
Actualmente a tres meses y 10 días de la transición, hay preocupación en la burocracia de medio pelo, porque los de primer nivel tienen plena conciencia desde el primer día en que arriban al poder, que su paso por las instituciones es transitorio, pero hay empleados de confianza que han sobrevivido varios sexenios del priismo y estos últimos seis años del PAN y ahora con el arribo del morenismo están en la “tablita”, no tienen nada seguro.
Con esto respondemos a la interrogante del titular de esta columna, son los burócratas del Estado, no los sindicalizados, sino los de confianza, mayormente concentrados en la capital a los que pegará la transición. Algunos depositan sus esperanzas en la posibilidad de que el gobierno del Dr. Américo Villarreal Anaya por razones lógicas sea conformado en buena parte por priistas (o expriistas), que le den continuidad laboral a la mayor parte de los asalariados que conocen lo que hay que hacer y cómo hacerlo.
Finalmente recordemos que el PAN cuando accedió al poder federal, con Vicente Fox no realizó cambios sustanciales, porque no disponía del equipo humano para reemplazarlos totalmente; luego con Felipe Calderón, y ya avanzado el sexenio empezó a sustituir a los priistas. En pocas palabras formar nuevos cuadros de servidores públicos no es rápido y mucho menos fácil.
Los secretarios y subsecretarios son más fáciles de reemplazar que las bases de confianza, porque son estos últimos los que tienen que realizar la “chamba” y son los que usualmente conducen a los funcionarios sobre la ruta a seguir. Al Dr. Américo Villarreal le espera una tarea nada fácil en la renovación de esta estructura, sobre todo porque se le van a presentar muchos que le van a pedir trabajo “de lo que sea”, lo cual significa que no dominan ninguna actividad en especial, o lo que es peor, que no saben hacer nada.
Además AVA tendrá que asignar alguna cuota para los partidos aliados que le acompañaron en la contienda, el PVEM y PT. A su favor tiene la existencia de una inmensa nómina de puestos menores para dar acomodo a los demandantes de oportunidades laborales que lo apoyaron en este proyecto.
EL PAN IMPUGNA, MORENA SACA SUS ARGUMENTOS
Mientras que el primer panista de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca está convencido de que su partido ganará la impugnación realizada a los resultados electorales oficializados, el representante de Morena ante el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) rechazó las acusaciones que pretenden la anulación de la elección en el Estado por considerarlos improcedentes.
FGCV estuvo en Tampico principal bastión azul para sostener reuniones con elementos claves para Acción Nacional y animar el proceso que busca echar abajo la victoria de los adversarios guindas. La postura panista centra su atención en los votos generados por la columna armada; a la presencia de boletas sin folio en municipios fronterizos, además de otras acusaciones en torno a financiamiento no justificado.
Por su parte Jesús Eduardo Govea Orozco, representante de Morena, formuló declaraciones puntualizando lo que consideró errores en la petición de nulidad de la votación, que calificó de extemporánea, ya que no plantearon con oportunidad como causal específica de nulidad los resultados de los cómputos distritales y se enfocó al cómputo estatal. El cual “solo puede ser impugnado por error aritmético, de acuerdo al artículo 67 fracción V de la Ley de Medios de Impugnación Electorales de Tamaulipas”.
Govea Orozco argumenta que es extemporáneo el recurso promovido contra la supuesta coacción y presión al electorado, porque “El artículo 12 de la Ley de Medios dispone que los medios de impugnación deberán presentarse dentro de los cuatro días contados a partir del día siguiente a aquél en que se tuvo conocimiento o que se hubiese notificado el acto, omisión o resolución impugnada”.
La defensa de Morena al referirse a las acusaciones por la operación de la Columna Cívica Pedro José Méndez, argumentó que dicha organización cívica “se sumó al apoyo en favor de su candidato, como lo hicieron cientos de agrupaciones sociales a lo largo del Estado”.
Como Usted ve, es un litigio conformado por acusaciones específicas del bando azul y argumentos de la defensa del grupo morenista, de tal suerte que serán los tribunales los que tengan la última palabra, primero el estatal y luego el federal cuyo fallo será definitivo e inapelable luego de que se desahoguen las pruebas y se cumplan los tiempos.