El cierre de la semana pasada fue sin duda para Américo Villarreal, en términos boxísticos, un gancho al hígado a su favor.

Me refiero a la adhesión del alcalde de Reynosa, Carlos Peña, a la causa del candidato de MORENA a la gubernatura, cuya importancia radica en que ese municipio representa casi la quinta parte de votantes en el Estado. Su valor electoral no admite dudas.

Sin embargo, en medio de la euforia morenista por tal respaldo, me parece que las expectativas creadas por esa decisión, fuera quien fuera el beneficiario, rebasan la trascendencia real del mismo. Le diré si me permite, por qué esa percepción.

Sin menoscabo del valor político de esa ínsula ¿En verdad podría definir el resultado de esta elección que el edil reynosense haya anunciado su apoyo a Américo?

Podría ser que sí. Y podría ser que no.

La aparente contradicción tiene fundamento. Expongo esta visión en dos vertientes.

Reynosa posee actualmente una inobjetable mayoría morenista que sumada a su densidad de votantes la convierte en joya de la corona electoral, lo que oxigena la campaña de Américo, pero ojo. sigue siendo una plaza con alta presencia panista y si me apuran, aún con un número no despreciable de lealtades priístas. Sumadas esas dos fuerzas, las cifras de simpatizantes de esos dos partidos frente a Morena crean casi un empate.

En este escenario, la luz de Reynosa como fiel de la balanza es menos brillante y parece tener más efectos mediáticos que los que podría obtener en las urnas. Si Morena deposita sus esperanzas de triunfo sólo en esa geografía podría sufrir una decepción.

El segundo factor que no se ha abordado lo pongo sobre la mesa en una pregunta:

¿Dónde está Maki Ortiz?

Quien realmente domina políticamente a la plaza no es Carlos Peña. La dama, madre de éste, es el polo de poder que mueve a grupos y simpatías en esa frontera y llama poderosamente la atención que pese a que se anunció su apoyo, no apareciera en esa manifestación para sellar el compromiso, cuando fue la única entre todos los aspirantes a candidatos de Morena que impugnó formalmente la decisión de ese partido en los tribunales hasta la última trinchera.

Suena a obviedad, pero la ausencia de la ex alcaldesa fue más notable que la presencia de todos los asistentes.

El joven alcalde fronterizo por sí solo no mueve masas. Si Maki no sube al entarimado a unirse sin tapujos a la causa guinda, siempre quedará la duda sobre si realmente existe esa suma con el americanismo o si se trata de un doble juego para por una parte quedar bien con la 4T y por otra parte atender a su amiga íntima –Margarita Zavala– y operar bajo la mesa con quien la ha asediado desde hace meses: La alianza opositora.

Los próximos días darán la pauta reflejada en las acciones públicas de Maki. Aunque el resultado de la sucesión no depende necesariamente de Reynosa como parece ser la percepción generalizada, la realidad es que Reynosa sí depende de ella.

Y punto.

RECUERDOS Y BUENOS DESEOS

No es buena idea mezclar la política con los sentimientos, pero las circunstancias electorales en Tamaulipas coinciden con una de las fechas más significativas para los mexicanos: El Día de la Madre.

Desde esta modesta posición, elevo mis oraciones porque quienes aún disfrutan de la bendición de tocarlas, acariciarlas, besarlas, abrazarlas y decirles ¡te quiero! conserven mucho tiempo esa maravillosa experiencia.

Con esa misma calidez, abro la ventana a mis recuerdos personales, que son semejantes a los de millones, para evocar a mi madre, siempre bella y tierna en mis pensamientos, con la seguridad de que algún dia, Dios sabe si será tarde o temprano, la volveré a ver.

Presentes o ausentes, ¡Feliz día madrecitas!…

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