Nace en 1484, perteneciente al señorío de Tlaxcallan, su padre era Xicohténcatl el viejo. Era un guerrero que comandaba tropas bajo auspicio del Consejo del pueblo de Tlaxcala. Hernán Cortés en su viaje a Tenochtitlan solicita permiso a los tlaxcaltecas para pasar por su territorio. La oposición a permitírselo provino de Xicohténcatl el viejo con el argumento que el vaticinio de la llegada de los hombres blancos y barbados podía ser un engaño y que esos caminantes tal vez no eran lo que esperaban de la profecía del regreso de Quetzalcóatl y del dios Camaxtli.
Aunque el Consejo desautorizó a Xicohténcatl enfrentar a Cortés, en septiembre de 1519 lo hace con resultados adversos al perder el control del sistema de abasto de agua al pueblo. Al día siguiente combate sin éxito y pierde el control de la tesorería del pueblo. Al sufrir estas derrotas pierde mucha fuerza permaneciendo a su lado su clan compuesto por la familia y amigos muy cercanos.
A pesar de las advertencias del Consejo formado por las familias del pueblo tlaxcalteca, Xicohténcatl obsesionado busca una noche derrotar a los hombres blancos sin éxito. El Consejo considera a Xicohténcatl incapaz de defender a su pueblo y opta por su idea inicial, ofrecer la paz a Cortés, pues ellos eran enemigos acérrimos de los Aztecas. La paz se hizo en el cerro de Tzompantepec el 7 de septiembre de 1519, en términos de alianza amistosa entre dos naciones.
Pactada la paz, Cortés y su ejército llegan a Tlaxcala el 23 de septiembre de 1519. Xīcohténcatl les concedió aposento a sus aliados en su propio palacio y les ofrece todo tipo de presentes. Durante su estancia en Tlaxcala del ejército de Cortés, Xicohténcatl consolida la alianza casando a su hermana Tecuelhuetzin, con Pedro de Alvarado, mano derecha de Cortés.
Xicohténcatl retoma fuerza y valor al recibir tropas del Consejo y comanda el ejército tlaxcalteca que acompaña a Cortés a conquistar la ciudad capital, centro del poder político. Las relaciones entre Cortés y Xicohténcatl eran difíciles a pesar del entreguismo de Xicohténcatl. Al estar Cortés en Texcoco y sitiar Tenochtitlan, Xicohténcatl deja el ejército aliado siendo acusado de traición. Cortés se queja ante el Consejo de Tlaxcala, que cansado de la conducta errática de Xicohténcatl, autoriza que se le aprese y ahorque en Texcoco, el 12 de mayo de 1521.
Xicohténcatl se enfrentó primero al Consejo de su pueblo al atacar a Cortés sin lograr victoria y perder posiciones que tomaron los hispanos que avasallaban, perdió simpatía al enfrentarse al Consejo, perdió fuerza de combate a manos de los españoles y por deserción al ver la inutilidad guerrera de Xicohténcatl. Luego ser alía con los hispanos a los que combatió, para vencer a los Aztecas.
Un final triste para un líder que se presentó ante el pueblo tlaxcalteca como su salvador, que por soberbia, por no escuchar consejos, por no ser estratega capaz, fue perdiendo absolutamente su capacidad de convocatoria y concluye linchado por los españoles con aprobación de su propio pueblo.