Al ala radical podría parecerle un desvarío mental. Para quienes no entienden a la política, es una broma. Y para un creciente grupo, el pensante, es una posibilidad real.
¿Quiénes tienen la razón?
Me refiero a la viabilidad de que a mediano plazo, quizás más corto, se de una alianza entre el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Revolucionario Institucional.
Y aunque en el delirio revanchista de la victoria lopezobradorista parezca absurdo, este escenario le interesa tanto a MORENA como le interesa al PRI. Por diferentes razones.
¿Para qué diablos le podría llamar la atención a las huestes de Andrés Manuel una decisión de esa naturaleza, con un tricolor en el suelo?
Bueno, el ex gobernador Manuel Cavazos Lerma explicaba con una frase los acuerdos que parecían irrazonables: Es una alianza estratégica.
Y agregaba: Es el resultado de aplicar regla económica, “win-win” en inglés y “ganar-ganar” en español.
¿Qué la falta a MORENA y qué le puede dar el PRI para que esa mezcla sea una alianza estratégica y se concrete ese “ganar-ganar”?
En apariencia la casa política de AMLO lo tiene todo, pero en el fondo tiene poco. Ojo, me refiero al partido, no al gobierno.
Sería absurdo echar al cesto de la basura una estructura priísta de más de siete décadas, la misma que en el proceso electoral pasado por sí sola, sin dinero, con un partido en muchas partes no sólo rechazado, sino odiado, generó 9 millones de votos. Más aún, despreciarla no sería sólo absurdo, sería estúpido.
MORENA, no se descubre el hilo negro, es el novato del grupo. Tiene todo el poder pero también una precaria organización. Abrevar en el andamiaje tricolor, aprovechar sus alcances y tácticas, ocupar sus trincheras y coptar no a sus generales corruptos, sino a sus oficiales aguerridos, son objetivos que deben ser básicos para conservar la supremacía de la ola pejista en las urnas. Y desde luego, prolongar los tiempos de su poder.
Tal vez estoy escribiendo en el vacío. Tal vez domine más la soberbia en un lado y otro para impedir esa suma, pero no tengo duda alguna de que el PRI sería para la generación “amorenada” la solución casi inmediata al mercado persa que es en estos momentos su estructura.
¿Qué esto, dirán algunos extremistas, no se debe hacer porque el PRI es un indeseable ahora?
Vamos, los adoradores de Andrés Manuel le han perdonado todo. Una raya más al tigre sería eso: sólo una raya más.
¿Importaría?…
ALGUIEN FALTA…
Soterrado, callado, el proceso camina.
La estructura del poder lopezobradorista en Tamaulipas avanza paso a paso. Quienes estarán en el círculo cercano al Delegado General, José Ramón Leal, para definir programas, acciones y destino de recursos públicos son, dicen quienes los conocen, viejos lobos de mar en las finanzas, en el manejo de operativos sociales y en las estrategias de desarrollo general.
Pero falta, en mi percepción, definir una función con su respectivo “alguien”. Por lo menos no lo he visto.
Falta quien una los descascarados hilos de la política estatal y de los grupos de poder. Un puente entre victoriosos y derrotados, un enlace entre el pasado y el presente, un eslabón entre corrientes políticas y partidistas. Para decirlo en una frase: El amigo de todos.
Quizás ya exista un nombre y apellido para esa encomienda, puede ser que se maneje alguna terna, pero sería un desperdicio no incluir en esa lista a un político que en Tamaulipas hizo punta en su despego del PRI y pese a la tormenta desatada a su alrededor, también en manifestar su apoyo a Andrés Manuel, antes de que ahora una larga fila esté abriendo las puertas del oportunismo-
Usted lo debe conocer. Casi todos lo conocemos.
Como dicen en mi pueblo, le daré sus “generales”: Felipe Garza Narváez.
Ojalá impere el sentido común…
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