¿A quién le escribes poeta, que tanto la luz anhelas? ¿Por qué del amor recelas, estando tan inspirado? Le escribo al amor que baja del cielo, al que le da consuelo a la vida cuando nos llega el celo, al sentiros cubiertos por el velo de los resentimientos del pasado. Le escribo a mi Señor Jesús, y con él al amor que me ha llegado a través de la mujer de la que vivo eternamente enamorado.
EL REFLEJO DE TU AMOR
El rayo de luz de la esperanza que bajó del cielo,
traspasó la diáfana gota que pendía del tejado,
iluminándote, y develando el misterio de mi celo,
al llegar a los ojos de los que me había enamorado.
Y sin romper el encanto que me da el consuelo,
de saberme como siempre, por tu amor iluminado,
esperé que lloviera nuevamente y seguir en mi desvelo,
hasta sentirte mía y se reflejara en mi ser afortunado.
Y si no lloviera tan frecuente como es mi caro anhelo,
subiría presuroso con fervor, a llorar sobre el tejado,
para que mis lágrimas sinceras, pendieran sin recelo,
y el amor de la luz eterna que nos une, se viera reflejado.
Hoy he madurado, la pasión ya no me causa duelo,
vivo el amor verdadero, el que me tiene apasionado,
el que todo lo sufre y lo perdona, el que derrite el hielo
del corazón más frío, y que por amor, ha sido liberado.
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