No lo niegues, tú también has estado ciego; que tus palabras son tan débiles como tu fe, es cierto; y que has buscado sin querer encontrarte con Él, también lo es, porque vives encadenado por el pecado, sintiendo que no eres digno de ser perdonado. Cuán equivocado estás, el Señor siempre te ha amado, está siempre contigo para escucharte y por amor a ti, serás salvado.
CONSINTIENDO AL ESPIRITU
¿Qué buscas con tanta ansiedad con la mirada,
en un momento que no es tuyo ni mío,
en un tiempo que siendo cálido,
se torna siempre frío y sombrío?
¿Qué buscas con la palabra,
que parece decir mucho y no dice nada,
que no se entiende o está encriptada,
que te libera o mantiene tu vida encadenada?
Y de tanto buscar, te encuentras con tu silencio,
esperando con ello, pagar el desprecio,
por la alegría que merecías y no tiene precio,
al dejar de amarte, por ser siempre un necio.
Ciego como eres buscabas sin encontrarle,
y hablabas sin razón, antes de escucharle,
encadenado por el pecado, sin alcanzarle,
sin saber que estuvo contigo para abrazarle,
por lo que debes estar dispuesto para amarle.
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com