Te sigo viendo tal y como te conocí en aquel momento, el glorioso día, ayer, cuando el viento siendo tu fiel aliado, despejó de tus bellos ojos, tu cabello amado que los cubría, para que no notara que te fijabas en mí. Fue aquel hermoso día, en el que el travieso cupido alado, me lanzara la flecha con tal certeza, para que me enamorara de ti.
ETERNAMENTE ENAMORADO
Si aún no se pierden nuestros sueños con los tiempos,
para qué invitar al viento a impulsarnos y nos mueva,
para qué dejar que expiremos, el último de los alientos
de la vida vieja, si esperamos hoy la llegada de la nueva.
Si aún nuestra mirada brilla y nos mantiene tan atentos,
deseando se termine el día, para que la pasión promueva,
el amor que ayer exhibían nuestros armoniosos cuerpos,
en las noches de los suaves roces que a todo lo renueva.
Por qué dejar ahora partir nuestros cálidos encuentros,
si mi mente hace ver a mis ojos la belleza que persevera,
llenando de gozo al espíritu con el amor de los eventos,
que cambiaron el destino del otoño, por amable primavera.
El espíritu no envejece, se nutre de los divinos alimentos
que proporciona Dios, para que al buen corazón le llueva
las bendiciones con los más puros y bellos sentimientos,
para mantener, la paz y la armonía que el amor conlleva.
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