Deja que tu corazón hable, cuando con palabras no puedas demostrarle lo mucho que la quieres y la amas; hazle sentir con sólo mirarle, que tu alma ha sido siempre suya, aunque te sientas culpable por ser de cabeza dura, porque el amor que perdura, es aquél que va más allá de lo superficial y lo palpable, de lo engañoso y lo no confiable que puede ser el cuerpo y su estructura.

CUANDO HABLA EL CORAZÓN.
Cómo duele darle la vuelta a la hoja,
cuando del todo no se ha comprendido,
el motivo de la gris tristeza y la congoja,
al sentirte siempre mal correspondido.

Cómo pesa el tiempo cuando se aloja
lo que te tienen más que confundido,
cuando las palabras que tu boca arroja,
te hacen ver, como un espíritu perdido.

Cómo explicarte que mi sangre es roja,
y al ser herido, con el corazón arrepentido,
perdón pedirte mientras la cara se sonroja,
al fingir desconocer el pecado concebido.

Cuando se anhela la paz y la armonía se antoja,
busco emocionado a mi espíritu consentido,
para que mi Dios y salvador a mis penas recoja,
y libere de los negros pensamientos sin sentido.

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