Una vez le pregunté a mi Dios, por qué el amar dolía tanto si nos dio la vida para vivirla amando, y el divino Señor me contestó sonriendo con alegría, que el amar no duele tanto, cuando se sabe que hay otra vida donde él nos está esperando.

HOMBRE DE FE
De pronto, todo en esta vida se nubló,
sacudido mi cuerpo, por lo inesperado,
mi frágil estructura física se fragmentó,
liberando de mi ser el espíritu atrapado.

Pregunté ¿quién soy en este momento?
todo quedó en silencio, y yo esperando,
una sensación de abandono se presentó,
y antes de caer, de rodillas me vi rezando.

Sí, correr fue mi impulso ante el quebranto,
huir por miedo a seguir con valor buscando,
para no perderla ,después de quererla tanto,
o para morir por ella, como lo estoy desando.

Mas quiso mi Señor, que el Espíritu Santo,
acudiera para que todo se fuera aclarando,
para que toda lo que causa dolor y llanto,
se alejara ese día, para seguirnos amando.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com