¿Quién no se ha sentido perdido alguna vez, en este mar de tristes lamentos? ¿Quién no se habrá preguntado en la vida quién es? ¿Quién no se ha sentido confundido, cuando la luz que lo guía pareciera que se empieza a desvanecer? ¿Quién no se ha sentido solo, cuando todos sienten lo mismo y esperan que tú estés ahí?

SABIDURÍA TE PIDO

Qué resulta ser aquello que me ha causado la inquietud, qué me habré perdido, que me ha dejado tal desasosiego, acaso el haberme hecho creer, ser modelo fiel de rectitud, me ha convertido en un objeto, en constante cruel reniego.

Qué te puedo yo decir, que ya no sé quien soy con exactitud, que si trato de verme al espejo, veo sólo lo que ve un ciego, porque soy el triste reflejo, de mi egoísta e insana ingratitud, por no tener la fuerza  y la voluntad para vencer mi frágil ego.

Qué incierto terreno piso hoy, en la oscuridad de esta multitud, que vive sólo el momento, en la superficialidad de su juego, pisoteando los sentimientos de los que no viven a plenitud, por renunciar a su naturaleza, para no quemarse con el fuego.

Señor, me escogiste, o sólo fue un sueño por mi débil actitud, ante un tremendo miedo por perder la fe a la que me apego, por no perder el amor puro para alcanzar la esperada beatitud. Ilumina Jesús, con tu sabiduría, a este humilde siervo, te lo ruego.

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