Ahora resulta que no nos pueden ver felices, que siendo lo nuestro tan fuerte y poderoso, quieren arrancarle sus raíces, para dejar sólo cicatrices de lo que ayer llenara de alegría nuestros años mozos. No te olvides vida mía, que ante Dios seguimos siendo esposos, y que si bien es cierto, que tu amor con gusto compartí con nuestra hermosa descendencia, no debemos permitir que de nuestro amor sólo dejen despojos, condenándolo a la ruinosa decadencia.

LO QUE DIOS A UNIDO
¿Si me preguntas hoy en qué estoy pensando?
antes de responder, ya sabrías que pienso en ti,
como ayer lo hacía, cuando te estaba esperando,
así, cuando igual tú, ilusionada pensabas en mí.

Si hoy te preguntara ¿qué nos está pasando?
tu triste mirada me diría lo que yo tanto temí,
que el amor se debilita y nos está abandonando,
porque te abruman las penas ajenas, que yo permití.

Que por amor yo cedí, en lugar de haber hablado,
para defenderte de los problemas que consentí,
de los que evidenciaron que mi rol había fracasado,
para conservar la armonía, la paz que suprimí.

¿Si nos preguntan hoy qué nos está pasando?
diré que nuestro amor vaga en el pasado, así lo asumí,
para seguirlo buscando, mientras seguimos halando,
y regresarle la fuerza, que un día nos unió a ti y a mí.

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