Cuando el tiempo hace a la gente la pregunta si se considera viejo, la gente que tiene duda, se dirige apresurada hacia el espejo, más, para los hombres de fe, el tiempo en la tierra no es la medida para envejecer, porque llevan en su haber, la verdad de que el espíritu no envejece, por ser una virtud por Dios concedida.

SIEMPRE JOVEN
En una fiesta de ocasión, me dijeron viejo a mis 20 años,
fue tal mi turbación por aquella infame y cruel declaración,
que pensé si el rigor de la frustración causara tantos daños,
como parecer un joven árbol marchito, afín a tal definición.

Si Dios se fijó en el niño entristecido a causa de los engaños,
y quiso que antes de los juegos madurara en cada ocasión,
pasando de niño a hombre y pastorear uno de sus rebaños,
experimentando tal transformación, con la fe y la oración.

Dicen por ello, que de niño fui joven y de viejo come años,
acaso no saben que el espíritu no envejece por simple decisión,
porque es esencia divina que madura para subir los peldaños
para llegar a la fuente de agua viva que enamora al corazón.

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