Querer y amar

Sin de sentir se trata, entre el querer y el amar, existe una distancia enorme, sobre todo al que lo asedia la necesidad de cualquier modo, de hecho, se puede justificar el querer sin reprobar, porque el desear, es parte de la naturaleza humana; mas, el amar es algo tan sublime y divino, porque de él emana con toda naturalidad, la esencia de su origen celestial.

El querer, por otro lado, es impulsado por la energía del poder, para lograr las metas que se han planeado, para tratar de sumar a su haber, la riqueza material que siempre se ha deseado, olvidándose en el quehacer, de que el tesoro que le debe de corresponder, es el amar y ser amado.

El querer no distingue en muchas ocasiones, entre lo que está bien o mal de lo deseado, el amor por su parte no requiere de más explicaciones, porque hermana por igual y sin querer a todos los nobles corazones.

¿Que la necesidad te inclina, a querer más de lo que buscas, entre cosas buenas y mezquinas? Es una verdad, por ello debes buscar mejor el amar, más que atesorar las cosas materiales; el amor no busca recompensas ni compensaciones, pues le sobran razones para hacer feliz a los demás.

Por eso, ama antes de querer, porque sólo así comprenderás, que todo lo que desees para ti, será bueno para los demás, y las bienaventuranzas a tu vida llegarán para asegurarte un lugar en el reino de Aquél que nos ha enseñado  a amar.

Llena el vacío de tu necesidad, con el amor de Cristo Jesús Resucitado, pon en ello tu fe y  no pierdas la esperanza, pues lo que el Salvador te ha prometido, será a su debido tiempo una realidad.

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